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lunes, 23 de enero de 2012

CAPÍTULO 31: ¡QUIERO QUE SE VAYA!



Kizu
miró con los ojos entrecerrados y los labios fruncidos al nuevo habitante de la
casa... ese pequeño niño que no había querido separarse de los brazos de su
padre ni un solo minuto y de el que ella sentía auténticos celos y rencor...
¡Por que su padre era suyo! ¡Y nadie más que ella podía quedarse dormida entre
sus brazos!

A
ese pequeño mocoso lo había visto en una ocasión anterior... como se llamaba...
mmmmm.... ah si, era Heiki... y, ella desde el primer momento le cayó gordo,
tanto él como la presumida rubia que lo acompañaba que supuestamente era su
madre.

KAZUHA: Kizu... ¿qué haces ahí
parada como una estatua?

Kizu
miró hacia atrás, para ver a su madre... su querida madre... a la que había
oído llorar toda la noche... la que tenía la cara pálida y unas pronunciadas
ojeras debajo de los ojos...

KIZU: Miraba a mi Oto-san... y a
ese mocoso... Oka-san... ¿qué hace aquí?

KAZUHA: Heiki – miró con tristeza
hacia ellos – bueno, Heiki se va a quedar... unos días con nosotros...

KIZU: ¿Por qué? - infló las
mejillas con enfado y se cruzó de brazos con disgusto.

KAZUHA: Su... madre... - la miró
pensativa – vendrá a recogerlo pronto, pero, mientras tanto, Heiki vivirá con
nosotros... - razonó.

KIZU: Pues yo no quiero que se
quede aquí... ¡me cae mal! - refunfuñó – quiero que se vaya ¡ya!

KAZUHA: Kizu, no seas malcriada –
le regañó – Heiki se quedará con nosotros unos días...

KIZU: ¡No quieroo...! - comenzó a
protestar de nuevo

KAZUHA: Se quedará y es mi última
palabra – le gritó demasiado fuerte.

Al
escuchar el grito, Heiki que dormía cómodamente acostado en el regazo de Heiji
despertó, se las quedo mirando y se abrazó más fuerte a Heiji.

HEIKI: Ma-má... - dijo en un
gorjeo melancólico – quie-ro a mi ma-má – lloriqueo enterrando la cabeza en el
hombro de Heiji.

Heiji,
que dormía, también despertó ante tanto jaleo y, viendo que su ahijado volvía a
llorar, lo abrazó con muchísima fuerza contra él.

HEIJI: Ya está pequeño... -
susurró palabras tranquilizadoras, mientras su mano se deslizaba por la espalda
del pequeño – todo está bien ya, todo ha pasado, ahora estás a salvo, aquí
nadie querrá hacerte daño... - calmá al
infante.

Kazuha
no pudo evitar que dos grandes lágrimas se escurrieran por sus mejillas hacia abajo
de la emoción... ver así a Heiji... tan paternal con el pequeño... y... ver el
sufrimiento de Heiki le dolían en el alma.

HEIJI: Kazuha... ¿podrías
prepararle algo a Heiki por favor?

KIZU: Mi Oka-san no es la esclava
de nadie... y menos de ese mocoso – protestó Kizu.

KAZUHA: Kizu... - dijo enfadada
aún.

KIZU: Es la verdad ese niño tiene
que irse...

HEIJI: Heiki no se irá a ningún
lado – dijo firmemente levantándose del sillón y yendo hasta su mujer.

KIZU: Eso no es justo... vosotros
sois mios... no os quiero compartir con nadie – dijo gritando, celosa...
yéndose corriendo hacia su habitación.

Pasaron
unos minutos hasta que los padres hablarán de nuevo.

KAZUHA: No se lo tengas en
cuenta... solamente tiene celos de Heiki...

HEIJI: Es una niña malcriada,
siempre obtiene lo que quiere, ¡pero esta vez se equivoca!

KAZUHA: ¿Qué quieres decir con
eso?

HEIJI: Kazu... quiero proponerte
algo...

KAZUHA: Que me quieres
proponer...

HEIJI: Quiero que adoptemos a
Heiki, que sea nuestro hijo legitimamente.

Kazuha
no supo que decir... solamente se le quedo mirando con los ojos como platos...
esa era una decisión que cambiarian sus vidas para siempre....


CONTINUARÁ... ^^

miércoles, 11 de enero de 2012

CAPÍTULO 30: DOLOR... UNA GRAN PÉRDIDA


Heiji
se detuvó en la puerta de la casa... miró la puerta de madera durante tanto
tiempo... que empezó a ver los bordes distorcionados. Entre sus brazos llevaba
un pequeño niño, acurrucado y dormido, un pequeño niño que en la noche anterior
había presenciado algo atroz... un acto que hasta a Heiji que estaba
acostumbrado a esas escenas le había afectado enormemente...

La pequeña criatura que llevaba
entre sus brazos, que se aferraba desesperadamente a él con sus pequeñas
manitas... ese niñito había presenciado como su madre había sido asesinada...

Heiji abrazó con más fuerza a su
pequeño ahijado Heiki... y pensó con melancolía en la madre de este... en
Sakura... su pobre Sakura. Después de haber estado huyendo de su marido durante
años enteros, después de haber tenido a su niño... después de todo, su vida
había sido arrebatada por un bastardo, que después se había suicidado.

Heiji cerró los ojos... y rememoró
la escena: sangre por todos lados, el cuerpo de la pobre Sakura entre un charco
de sangre, su largo pelo rubio esparcido por el suelo y su vestido blanco
empapado por su propia sangre... en esa posición y si no fuera por la sangre se
diría que estaba dormida... parecía un tierno ángel... nadie diría que su garganta
había sido cortada...

Y, el pequeño niño abrazado al
cuerpo inerte de su madre, llorando a gritos... repitiendo mamá una y
otra vez, cubierto de sangre. Heiki no había dejado que lo apartaran del cuerpo
sin vida de su madre... solo lo dejo a él... y, al verlo, se había aferrado con
tanta fuerza que ni las trabajadoras sociales habían sido capaces de
llevárselo.

Y aquí estaba ahora Heiji, con su
ahijado en brazos, una mujer que era como su hermana muerta y, ahora, tenía que
cuidar de Heiki durante unos días... unos días que serían interminables...
hasta que las trabajadoras sociales vinieran a llevarselo... ya que... Sakura
no tenía más familia en este mundo... así que llevarían al pobre niño a un
orfanato...

Heiji negó con la cabeza, y sujetando
al pequeño con un brazo, metió la mano en los bolsillos de los pantalones...
rebuscando sus llaves...

Pero no hizo falta ni que la sacará
por que Kazuha abrió la puerta de golpe, se quedó mirando a ambos y comenzó a
llorar silenciosamente otra vez...

KAZUHA:
¿Cómo estáis? - dijó entre sollozos.

HEIJI:
Estamos bien mi vida – le acaricia la cara secándole las lágrimas – todo lo
bien que se puede estar después de... eso... - dijo tristemente.

KAZUHA:
¿Donde encontrasteis al niño? - dijo cerrando los ojos con alivio al sentir sus
caricias.

HEIJI:
Abrazado al cuerpo sin vida de su madre – cerró los ojos y tragó audiblemente –
nos costo mucho trabajo poder separarlo...

KAZUHA:
Pobre criatura... es tan horrible lo que le ha pasado... a ambos...

HEIJI:
Lo es... nunca pensé ver así a Sakura... me mató verla así y ese bastardo cobarde que se tiro desde lo alto del
edificio... - negó con la cabeza – pobre Sakura y ahora pobre Heiki... que esta
solo en el mundo... con tan solo 3 años...

KAZUHA:
Sí... es una pena...

Heiji sin pronunciar una palabra
más, se fue hacia el salón, y con cuidado de no despertar al niño, se sentó en
una butaca, soltando un laaargoo suspiro de alivio.

KAZUHA:
Heiji – se arrodilló delante de él – ¿por cuanto tiempo se va a quedar el niño
en nuestra casa?

HEIJI:
Solamente unos días... - tocó el pelo de su ahijado – hasta que se acostumbre a
la idea... y las trabajadoras sociales vengan a por él... y se lo lleven – dijo
resignado sin apartar la mirada del niño.

KAZUHA:
Por mi se puede quedar todo el tiempo que quieras... ya lo sabes...

HEIJI:
Lo sé...

El niño de golpe abrió los ojos,
miró hacia todos lados... miró fijamente a Heiji y sus ojos comenzaron a
nublarse de lágrimas.

HEIKI:
Ma-má... ¿don-de esta ma-má?

HEIJI:
Shhh Heiki, tranquilo – lo abraza fuertemente contra su pecho – todo esta bien
ya, todo a acabado.

HEIKI:
¡Quie-ro a mi ma-má! – lloriqueó abrazándote más fuerte a Heiji – ma-maaaaá

HEIJI:
Tranquilo... - lo meció de atrás hacia delante.

El infante comenzó a llorar
desconsoladamente, y Kazuha, sin poder evitarlo, comenzó a llorar con el
niño...

Las vidas de todos... ya nunca
volverían a ser como eran...

CONTINUARÁ...