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jueves, 25 de agosto de 2011

CAPÍTULO 17: SUPERVIVENCIA



Kazuha abrazaba el cuerpo inerte de Heiji, mientras lloraba desconsoladamente... Había dado la vida por ellas... Se había puesto delante de una bala para salvarlas... Eso quería decir que las amaba de verdad...

Kizu se acercó a Heiji, y con sus pequeñas manitas cogió las de su padre y se la llevó al rostro... estaba tan frío, su piel morena estaba tomando un tono azulón... y sus labios se estaban poniendo blancos.

¿Por qué lo había echo? ¿Por qué se había tenido que poner delante de la bala...? Eso tenía fácil explicación... amaba a su madre y la amaba a ella tanto como para dar su vida...

Las lágrimas también se agolparon en sus ojos y cayeron furiosamente por sus mejillas. ¿cómo podía haber estado tan ciega? Acarició la cara de su padre con la mano que le quedaba libre... pobrecito... ojala pudiera devolver el tiempo atrás y cambiar las cosas...

KIZU: Un momento... - detuvo la mano sobre los labios de su padre, y si sintió el aliento cálido de su padre sobre la piel.

Rápidamente, puso la cabeza sobre su pecho... escuchando atentamente... olvidando por un momento los sollozos de su madre... el jaleo alrededor de Heiji... y si... ¡EL CORAZÓN DE SU PADRE SEGUÍA LATIENDO!

Cómo decía su tío Shinichi: Mientras ahí vida ahí esperanza... así que sin perder un solo minuto grito con todas sus fuerzas: ¡MI OTO-SAN ESTÁ VIVO!


***

El cuerpo inerte de Heiji permaneció tirado sobre el pavimento... un agujero de bala entraba por su espalda, pero no tenía salida... sangre en grandes cantidades emanaba de la herida... pero el corazón de Heiji aún seguía latiendo.

Kazuha no se separó de él ni un segundo: ni cuando llegó la ambulancia, ni cuando le dio el paro cardíaco y lo reanimaron en la ambulancia, ni cuando llegaron al hospital y lo metieron en Urgencias para operarlo...

Los médicos habían sido sincera con ella... no creían que saliera de esta noche... ni siquiera sabían si saldría de la intervención quirúrgica...

***

Heiji no sabía si estaba en el cielo o en el infierno... todo lo que le rodeaba era la más absoluta oscuridad, no sentía su cuerpo y por eso no lo podía mover... pero si sentía un gran dolor en pecho... ¿entonces estaba muerto? No lo sabía... pero no podía abrir los parpados para ver donde estaba...

Oía voces lejanas, que hablaban a susurros... pero nada estaba claro. Recordaba que el delincuente había disparado y él se había interpuesto entre la bala y Kazuha y Kizu... pero después sintió un gran dolor y ya no recordaba más nada...

Una luz asomo en lo más profundo dela oscuridad... una luz que lo llamaba a que fuera hacía ella... cada vez la luz se acercaba más y más...

El cálido resplandor lo bañó por completo, invitándolo a que se aventurara a su interior... lo lleno de una total tranquilidad y calma... decidió dejarse embargar por esa paz, y alejarse de todo lo que conocía...

***

Kazuha se movía nerviosamente de un lado a otro por la sala de espera. De derecha a izquierda, mordiéndose las uñas y rezando en silencio para que Heiji saliera bien de la operación...

De repente, empezó a haber mucho jaleo a su alrededor y una gran multitud de enfermeras entraban en el quirófano donde estaba Heiji... ¿que había pasado? Si a Heiji le pasaba algo ella jamás se lo perdonaría... ella lo amaba, si lo amaba y no podía dejar que se fuera sin decírselo...

Él no podía irse, ella estaba dispuesta a formar una familia con él y Kizu... pero para eso tenía que ponerse bien... Dios que se pusiera bien...

***

Mientras su madre se hallaba en el hospital, Kizu estaba junto con Conan en su casa. La niña se había bañado, comido algo (aunque Ran la había tenido que obligar) y ahora estaba aseada y con el estómago lleno... pero... en el fondo... estaba muy preocupado por su Oto-san.

CONAN: ¿Kizu quieres jugar a algo?

KIZU: No tengo ganas Conan...

CONAN: Pero no puedes seguir así deprimida – la abraza- no me gusta verte así...

KIZU: Es mi padre el que esta malherido – comenzó a llorar entre los brazos de su amigo – como le pase algo no me lo perdonaré nunca... fui muy cruel con él y no se lo merecía Conan...

CONAN: No te pongas así... - le da un beso en la mejilla – ¿tu sabes que yo te quiero mucho no Kizu?

KIZU: Conan que no te aproveches que estoy mal, por que no voy a caer entre tus brazos... - se apartó de golpe – eso solo salen en las películas.
CONAN: No intento aprovecharme de ti – se enfada – solo quería ayudarte.

KIZU: Está bien... - se limpia la cara – ahora quiero a ir a ver a mi oto-san.

CONAN: ¿Cómo irás?

KIZU: Como iremos... por que tu me vas a ayudar...

***
Habían pasado varias horas, y Heiji aún no había reaccionado. Los doctores habían dicho que la operación había ido bien... y que el debería despertar pronto... pero a pesar de todo no lo había echo.

Kazuha se sentó al lado de la cama, cogiendo la mano de Heiji entre las suyas.

KAZUHA: Tienes que despertarte... Kizu y yo te necesitamos... te estamos esperando... por favor reacciona...

Nada... no ocurrió nada... el seguía igual, con su semblante sereno... parecía que estaba plácidamente dormido.

Kazuha se recostó a su lado, teniendo cuidado de no hacerle daño y continuo agarrándole la mano...

Había sido una noche tan larga... tan dura que el sueño la venció pronto, y se durmió plácidamente al lado del amor de su vida.

***

Heiji sintió un calor muy agradable que le recorría la parte izquierda de su cuerpo, sobre todo ese calor se reunía en su mano... era tan agradable... quería abrir los ojos y ver quien era el portador de ese calor tan agradable... pero los parpados le pesaban aún y no podía.

¿?: Tienes que despertarte... Kizu y yo te necesitamos... te estamos esperando... por favor reacciona...

Esa voz era conocida para él, amaba a la persona portadora de esa voz dulce y tierna... y cuando comenzó a cantar... todas sus dudas quedaron disipadas... Kazuha... Kazuha era la que le cantaba...

Kazuha: Despierta Heiji... te amo... te necesito bien y fuerte... si te pasa algo moriré – después de decir eso siguió cantando...

Heiji no necesito más razones para vivir, por ellas se había alejado de la luz que había aparecido... prefería quedarse por siempre en la oscuridad que perder los recuerdos de su hija y de Kazuha... y ahora por ellas se repondría, por poder pasar una vida con ellas...

Le devolvió el apretón a la mano de Kazuha y lentamente abrió los ojos para poder mirarla...

CONTINUARÁ...

lunes, 15 de agosto de 2011

CAPÍTULO 16: DESASTRE...



El alarido de dolor que se escuchó llenó el silencio de la noche...

El secuestrador fue acertado en un hombro por Shinichi que aún con el arma humeante en las manos, lo apuntaba certeramente.

Esté a pesar de estar herido, aún retenía a Kizu contra su voluntad, amenazándola con un cuchillo sobre su garganta.

SECUESTRADOR: ¡Esto ha sido un error! - gritó adolorido y amenazante – como alguien se acerqué o haga un movimiento en falso, mató a la mocosa.

KIZU: ¡Mamá! - gritó asustada.

KAZUHA: ¡Kizu! - lloró desconsoladamente, luchando contra Heiji que la retenía por la cintura para que no fuera con ella y pusiera su vida en peligro.

HEIJI: Tranquilizate o pondrás la vida de Kizu en peligro – le susurró al oído... esas palabras lograron tranquilizar a la madre angustiada.

El secuestrador comenzó a moverse lentamente hacia la salida... utilizando a Kizu como escudo para que no lograran volver a darle con el arma.

HEIJI: No podrás huir... es mejor que te entregues ahora por voluntad propia... - dijo Heiji adelantándose lentamente hacia delante, con pasos muy lentos.

SECUESTRADOR: ¡No te muevas o dejo a tu hija como un colador!

HEIJI: Tu compañero te ha delatado... no tienes nada que hacer entregate ahora antes de que sea demasiado tarde.

SECUESTRADOR: He dicho que no te muevas – apretó el cuchillo más contra el cuello de Kizu, cortándole la respiración.

HEIJI: ¡Esta bien! No te pongas así – alzó las manos – no me acercaré más, pero... tienes que soltar a la niña.

SECUESTRADOR: Nunca... ella es mi baza para poder salir de este embrollo... - se alejó aún más hacía la salida – dile a tu amigo que baje el arma ¡ya!

Shinichi la bajo automáticamente.

KAZUHA: Por favor deje a mi hija – Kazuha lloraba desconsoladamente – se lo suplico por favor.



SECUESTRADOR: Lo siento señora... pero la cría se viene conmigo – paró en seco en la salida – a cualquier movimiento extraño le rebano el cuello a la mocosa – sale corriendo con Kizu en brazos.

KAZUHA: ¡Kizu! - llora.

Todos los acontecimientos que siguieron a esto fueron rápidos y confusos... todos los policías siguieron al delincuente, esté huyendo como alma que lleva el diablo, se oyeron voces, disparos y maldiciones...

***

Kizu se vio libre del cuchillo desde que el ladrón salió corriendo, y ahora la tenía debajo del brazo... casi sin sujeción... si ella daba un buen movimiento podía escapar de su secuestrador... pero para eso tenía que pensar bien si jugada...

Con el talón golpeó a su captor en la ingle este se retorció de dolor y ella consiguió soltarse y correr hacia un callejón. Un policía la alcanzó y se la pudo llevar a un lugar seguro.

Muchos policías se acercaron al secuestrador y lo acorralaron no dandole ninguna posibilidad para que pudiera escapar... así que el tipo acabo con las manos esposadas sobre su estomago y metido en un coche patrulla, arrestado.

Llevaron a Kizu con su madre... ambas se quedaron mirando con lagrimas en los ojos.

KIZU: ¡Mamá! - Kizu corrió llorando directamente hacia los brazos de su madre.

KAZUHA: Kizu... mi niña – Kazuha la estrechó entre sus brazos desesperadamente y la apretujó contra su pecho – mi niña chiquita ¿estás bien?

KIZU: Sí... estoy bien – la niña enterró la cara entre el pelo de su madre – he pasado tanto miedo.

KAZUHA: ¡Has sido tan valiente! ¡me siento tan orgullosa de ti mi pequeña!

KIZU: Oka-san pensaba que no te volvería a ver – lloró recargando la cabeza en el hombro de su madre.

KAZUHA: Te prometo que esto no volverá a ocurrir jamás – la abrazó aún más fuerte.

Ambas se fundieron en abrazos y besos cariñosos... llenos de amor y felicidad por reencontrarse después de tanto sufrimiento.

***




Se iban a llevar a comisaria al detenido para hacerle el interrogatorio correspondiente, aunque con todas las pruebas que tenían y testigos le esperaba una larga estancia en la cárcel a ambos, para tranquilidad de Kizu y sus padres.

Llevaban al preso hacia el coche patrulla. Iba rodeado por varios policías para que no escapará... pero... ninguno de ellos se dio cuenta de cuando le robo la pistola a un policía ni cuando apuntó directamente hacia Kizu.

SECUESTRADOR: Yo me iré a la cárcel pero tu mocosa del demonio… te vas al infierno – disparó.

Kazuha instintivamente cubrió a su hija con su cuerpo para protegerla de la bala... pero el impacto nunca llegó...

Alzando la cabeza vio como Heiji estaba situado enfrente de ellas, mirándolas de manera cariñosa... con los brazos extendidos hacia los lados en forma de Cruz.

KAZUHA: ¿Heiji?

Heiji no contestó siguió mirándolas con adoración a ambas, de una a otra...

HEIJI: Os querré por siempre... a ambas... ¡os amo! - cayó fulminantemente al suelo.

Mientras los policías inmovilizaban al delincuente, Kazuha y Kizu iban hacia Heiji que estaba tirado sobre el pavimento.

Kazuha comenzó a llorar desesperadamente mientras abrazada el cuerpo inerte de Heiji y Kizu se dio cuenta de algo demasiado tarde: su padre no había tenido nada que ver con su secuestro y que las amaba tanto a su madre y a ella como para dar su vida por la de ellas.

CONTINUARÁ...

martes, 9 de agosto de 2011

CAPÍTULO 15: PERSECUCIÓN, ¡ESTE SECUESTRADOR NO ES MÁS INTELIGENTE QUE YO!



Kizu corrió y corrió con todas sus fuerzas, alejándose del sitio en el que la tenían presa. No sabía donde se encontraba, no tenía la más mínima idea, pero todo lugar era mejor que aquel cuartucho oscuro y que olía tan mal.

Dios, ¡como extrañaba a su madre! Tenía tantísimas ganas de verla, poder hablar con ella, abrazarla y que le dijera que todo eso había sido un sueño... una mala pesadilla, que entre sus brazos olvidaría.

Todo esto era culpa de.... Heiji Hatorri, él la había mandado secuestrar era su culpa y de nadie más, pero ella se vengaría nada más lo viera lo acusaría con la policía y haría que lo arrestarán y así su oka-san y ella serían libres.

Kizu llegó a un bar, había mucha gente en la puerta bebiendo litronas de cerveza y tambaleándose... seguramente estarían borrachos. Era el único lugar con gente que había encontrado, así que se adentro entre la gente para buscar a alguien que la ayudará.

Lo que ella no sabía es que le costaría tanto llamar la atención de alguien en ese antro. Intentó pedirle ayuda a varios hombres, que iban vestidos de mala forma, pero nadie le mostró interés, estaban mas interesados en sus bebidas que en ella.

¡Esto era desesperante! Nadie le hacía el menor caso...

Unas manos salieron de la nada y un hombre la cogió, tapándole la boca para que no pudiera gritar y así pedir ayuda...


***

En el otro extremo de la ciudad, en la elegante mansión, Hattori y Kazuha estaban totalmente desesperados, por que su pequeña Kizu ya llevaba desaparecida veinticuatro horas y no tenían ni la más remota idea de donde se la habían llevado.

¿Dónde estaría? ¿Le habrían echo algo malo? ¿Tendría hambre? ¿Tendría frío?... esas y millones de preguntas más rondaron la cabeza de Kazuha... ella solo quería ver a su hija, poder abrazarla y decirle que todo estaría bien... pero no podía hacerlo y eso la mataba, le rompía el corazón.

HEIJI: Kazu, tomate esto... - le entrega una tila – tienes que relajarte, no sirve de nada que estés tan nerviosa.

KAZUHA: Es mi hija la que esta perdida, así que no me digas que me tranquilice – dijo histericamente.


HEIJI: Kizu también es mi hija... así que yo también estoy preocupada por ella – recriminó – yo la quiero y también estoy muerto de miedo de que puedan hacerle algo malo.

KAZUHA: Lo siento... yo... - se tapa la cara con las manos y comienza a llorar – yo no se, solo quiero tener aquí a mi niña.

HEIJI: No llores, la encontraremos – te abraza.

En ese momento entra un oficial de policía en la casa.

POLICIA: Comisario – saluda – hay testigos que afirman haber visto a su hija en los barrios bajos.

HEIJI: Continua...

POLICIA: Han declarado que era una niña de piel oscura, pelo negro recogido en dos coletas y ojos claros – leyó el policía en el informe – la han visto sola e iba corriendo asustada.

HEIJI: Vamos ahora mismo para ya... tenemos que encontrar a mi hija...

KAZUHA: ¡Yo también voy!

HEIJI: No creo que sea conveniente...

KAZUHA: Es mi hija y voy a ir...

HEIJI: Está bien – puso los ojos en blanco y salió de la casa junto con Kazuha.

Todos subidos en el coche, pusieron rumbo a donde estaba Kizu.

***

Alguien sujetaba firmemente a Kizu y no la dejaba marcharse. Ella lucho con todas sus fuerzas, pataleando y dando manotazos, pero no sirvió nada.

¿?: Eres una mocosa desgraciada, casi consigues escapar... - dijo el secuestrador que había conseguido atraparla de nuevo.

KIZU: mmmmmmmmmmmmm – intentó hablar pero tampoco pudo.

SECUESTRADOR: Vamos mocosa, vamos a volver a tu nuevo “hogar” - la carga en brazos y sale del bar.

El secuestrador empieza a correr con ella en brazos, mientras tanto Kizu intentaba zafarse de su agarre pero todo era inútil.

Kizu le muerde la mano con todas sus fuerzas. El secuestrador da un alarido de dolor y la suelta a lo que Kizu aprovecha para darle una patada en el estomago y consigue zafarse de su agarre.

La niña empieza a correr con todas sus fuerzas... rápido como un rayo... pero el Secuestrador sigue siendo más grande y la coge en nada.

SECUESTRADOR: Me tienes harto, te voy a matar, me importa ya poco el rescate, pero tu te mueres cría del demonio – saca un cuchillo y se lo arrima a Kizu a la garganta.

Por la cabeza de Kizu pasaron los todos los acontecimientos de su vida como si fueran un flash... antes de sentir algo frió sobre su cuello y sentir como poco a poco iban apretando...

***

Heiji y Kazuha salieron a patrullar las calles, buscando por todos los rincones, desesperados por encontrar a su pequeña.

En otro lugares había más policías, buscando, entre ellos estaban Ran y Shinichi que miraban por todos los rincones por raros que fueran.

HEIJI: Algo me dice que Kizu esta cerca.

KAZUHA: A mi también...

A lo lejos se oyó un grito ahogado, provenía de unas pocas calles más abajo.

Kazuha y Heiji salieron corriendo hacia donde habían oído el grito... cuando legaron la escena que se encontraron los conmociono.

Kizu estaba entre los brazos de un tipo con muy malas pintas... con un cuchillo sobre el cuello de la niña.

KAZUHA: ¡KIZU! - comenzó a correr hacia ella.

HEIJI: Espera – la agarra de la cintura.

SECUESTRADOR: Acercaros un solo paso más y la mato.

Los dos se quedaron helados, no movieron ni un musculo para no poner en peligro a la pequeña.

KIZU: Mamá – grito con desesperación.- ¡Mamáaaaaaa!

Lo que paso después fue muy rápido pero lo único que supieron es que se oyó un disparo y un alarido desgarrador rompió la tranquilidad de la noche.

CONTINUARÁ...

miércoles, 3 de agosto de 2011

CAPÍTULO 14: SECUESTRO... KIZU, ¿DÓNDE ESTÁS?



Kizu despertó. Abrió sus ojos lentamente para encontrarse en... ¿dónde? No sabía donde estaba, era un lugar en el cual no había estado nunca y nunca hubiese querido estar.

Ese lugar oscuro y pestilente no le era conocido a ella... pero Kizu se preguntaba ¿dónde estaba? ¿dónde estaban su Oka-san y el pollo? No lo sabía... pero lo que si sentía eran como sus manos y pies estaban bien atados los que le imposibilitaba cualquier movimiento.

¿La habían raptado? Esa es la única posibilidad que encontraba para encontrarse en un lugar extraño y atada... ¿Había sido el pollo...? Seguro que sí, quería librarse de ella, apartarla de su madre para poder quedarse con ella... Heiji era un desgraciado, pero lo que no sabía era que ella tenía un as bajo la manga y que al final lograría escapar de su cautiverio y se vengaría de él.

En ese momento entraron en la estancia un par de hombres hablando en voz baja. Kizu no pudo ver quien era por que todo seguía estando en la más absoluta oscuridad... pero si escuchó lo que decían.

HOMBRE 1: ¿Dónde has puesto a la mocosa?

HOMBRE 2: Esta ahí sobre los cartones – Kizu oyó jaleo de algo arrastrarse y pasos que se acercaban a ella – ve jefe, ahí esta... aún le hace efecto la droga que use para dormirla.

HOMBRE 1: Eres imbécil, tienes que tratarla bien – sonó un golpe – no ves que esta niña nos puede proporcionar millones... cambiala de sitio y desatala solo es una cría... seguro que cuando despierte esta muerta de miedo y se queda en un rincón.

Fallo de los secuestradores, la iban a subestimar... eso le daría la oportunidad perfecta para poder escapar...

HOMBRE 2: ¡Esta bien jefe lo haré ahora! - se acercó a Kizu y le desató las manos y las piernas – no hay cama... ni nada mejor... así que tendrá que quedarse en los cartones.

HOMBRE 1: Bueno está bien – refunfuñó – pero trae mantas y comida... la cría tiene que estar en perfectas condiciones cuando llamamemos a Hattori...

Las voces se alejaron... pero a Kizu no le quedó ninguna duda de que había sido su padre... mejor dicho Heiji Hatorri el que había mandado que la secuestraran... quería que ella desapareciera de la faz de la tierra...

***



Kazuha se encontraba devastada ante la noticia que no tenían pistas de paradero de su pequeña Kizu. Había pasado ya 12 horas y aún no sabían nada de nada... los secuestradores no habían llamado para pedir el rescate, no se sabía absolutamente nada y eso era algo que tenía a Kazuha desesperada.

KAZUHA: No puedo más con esta espera – dijo en un hilo de voz, entre sollozos – me voy a morir de la angustia si esto sigue así.

HEIJI: No te pongas así Kazuha – la abraza – al final Kizu aparecerá ya veras... - le besa la frente – yo pagaré lo que sea por ella.

KAZUHA: ¿De verdad? - dije un poco más animada.

HEIJI: Claro que si.

KAZUHA: ¿Por qué?

HEIJI: Es mi hija – aseguró – la quiero, y a ti también te amo y no quiero verte sufrir.

KAZUHA: ¡Gracias! - se abraza a Heiji con desesperación – si le pasa algo a mi niña... me muero – llorar desconsoladamente.

HEIJI: No pasara nada – la consuela, acariciándole el pelo.

En ese momento suena el teléfono de la casa. Heiji más rápido que nada va y lo descuelga.

HEIJI: ¿Diga?

VOZ: ¡Tenemos a su hija! - dijo una voz distorsionada al otro lado del teléfono – y si quieres volver a verla con vida tienes que hacer lo que te digamos, ¿entendido?

HEIJI: ¡Haré lo que sea necesario para tener a mi hija de vuelta en casa!

VOZ: Muy bien, solamente tienes que hacer esto para tener a tu hija sana y salva en casa...

***

Segundo error de los secuestradores confiarse de que tendría miedo. Con acceso libre a todo el lugar podía mirar que cosas podía utilizar para poder escapar... había un gran palo de madera... perfecto para utilizarlo de arma.. periódicos sucios... botellas de cristal... muchas cosas que pueden utilizarse para realizar un buen plan... para conseguir huir de este encierramiento.

Sonó la puerta y se abrió de golpe. Entró un tio vestido de negro, con el pelo muy largo y rubio y una cara de psicopata que le puso los pelos de la nuca a Kizu de punta... pero eso no la amendentro.

HOMBRE: Tú mocosa... ¿que estas haciendo?

KIZU: Estaba... mirando... - dijo con voz entrecortada.

HOMBRE: Ve hacia allí y quedate quieta – puso una bandeja en el suelo - no quiero que muevas ni un ápice de ese pequeño cuerpo renacuaja.

KIZU: Vale – se fue a la esquina – ¿donde estoy?

HOMBRE: En el infierno – rió – y se aquí no saldrás nunca.

El corazón le martilleaba dentro del pecho a Kizu, sentía mucho miedo... más que en toda su vida.

KIZU: Quiero ir con mi Oka-san, por favor – dijo con tono suplicante.

HOMBRE: Cuando tu padre pague el rescate, puede que te llevemos a ti casa... puede... - se levanto y se fue.

Kizu lo tenía claro si no hacía ella misma algo... la matarían.

***

Heiji dejó el dinero en el lugar que había acordado con el secuestrador. La estación era muy grande... pero todo estaba rodeado de policías... así que no podría escapar.

Dejó el dinero en el lugar y el tiempo acordado y se alejó lentamente... poco después vio como un hombre se acercaba y cogía el maletín que había dejado el anteriormente.

No perdió ni un segundo se tiro a por el secuestrador y haciéndole una llave de karate lo inmovilizó.

HEIJI: ¿Donde esta mi hija? - dijo furioso.

SECUESTRADOR: Por haber echo esto jamás la encontrarás – rió, aun cuando Heiji tenia cogido por la garganta – ahora esa mocosa morirá...

HEIJI: Como le pase algo – amenazo.

SECUESTRADOR: Seguramente ya este muerta .

Se acercaron unos policías y apartaron a Heiji del secuestrador... quitándole toda posibilidad de que pudiera sonsacarle donde estaba su hija...

Si le había pasado algo a Kizu jamás se lo perdonaría...


***


El secuestrador esperó un par de horas para entrar de nuevo a donde tenía retenida a la niña. Entró solamente para tropezarse con … una botella de cristal y caer de costado al suelo. Dio un fuerte golpe que lo dejo fuera de combate durante varios segundos... así Kizu tuvo la oportunidad de coger el palo de madera y arrearle un buen golpe en la cabeza, dejándolo K.O.

Después salió corriendo, abrió la puerta que no estaba cerrada con llave y salió de donde la tenían encerrada.

Salió pronto a la calle, para ver que no tenía ni idea de donde se encontraba... no sabía que hacer ni a donde ir pero cualquier sitio era mejor que quedarse allí, así que echo a correr sin rumbo fijo.

CONTINUARA…