Vistas de página en total

sábado, 22 de octubre de 2011

CAPÍTULO 23: KIZU Y CONAN...


Kizu estaba
en la casa de su tios Ran y Shinichi... su oto-san la había enviado allí a
pasar la noche, argumentando que quería estar a solas con su oka-san... ¿y es
que ella no podría estar con ellos?

Miró con
envidia por la ventana, deseando poder disfrutar con sus padres de una buena
noche, comiendo todo lo que quisiera y riendo con ellos. Y, sin embargo, aquí
se encontraba, en el cuarto de Conan, mirando por la ventana a la brillante
luna que iluminaba la habitación... y en un incomodo silencio, por que Conan
apenas le había dirigido la palabra desde que había llegado.

Kizu lo
miró... estaba sentado frente al ordenador, mirando muy atento las noticias que
habían pasado en el día, sin prestarle ninguna atención a ella, y eso a Kizu le
molestaba, por que estaba tan aburrida que iba a quedarse dormida.

KIZU: Conan... estoy aburrida, ¡vamos a jugar a algo!

CONAN: Ahora estoy ocupado – dijo indiferente, sin despegar
los ojos de la pantalla.

KIZU: ¡Siempre estás ocupado! - protestó – y yo me aburro
como una ostra – frunció el ceño.

CONAN: Lee un libro, juega a un videojuego... no se, haz lo
que quieras – se encogió de hombros, sin mirarla un solo momento.

KIZU: Eres un gran baka Conan – se cruzó de brazos con
disgusto y miró otra vez por la ventana – desde que estuviste en mi casa el
otro día y hablamos de… eso... has estado muy raro conmigo... ¿qué te pasa?

Esas
palabras parecieron que si alteraron a Conan, por que dejó lo que estaba
haciendo... y la miro de reojo...

CONAN: El otro día, te dije que te amaba.

KIZU: Etto... - tragó audiblemente – si...

CONAN: Y tu me rechazaste – comenzó a tamborilear los dedos
sobre la mesa.

KIZU: Sí...

CONAN: Así que yo estoy actuando como un hombre que esta
desengañado, y que tiene el corazón roto – volvió a girar en la silla y siguió
mirando la pantalla del ordenador.

Kizu no
pudo refutar ni una sola palabra de las que dijo Conan, por que tenía toda la
razón, ella le había partido el corazón... y ahora era normal que él la diera
de lado.

Así, que
callándose, volvió a mirar por la ventana y fijo su mirada en la luna...
deseando poder volar por el cielo, alejarse de todos los problemas e irse a un
lugar lejano...



Pero
no podía, tenía que quedarse aquí toda la noche, dormir junto a Conan...
sabiendo que él ahora la odiaba por haberlo rechazado y ese rencor a Kizu le
dolía profundamente por que ella amaba profundamente a Conan... pero, ¿lo amaba
como para que fuera su novio? No lo creía, aún era muy pequeña para eso, no
podía pensar en tener novio ni nada de eso, ahora ella quería disfrutar de sus
padres...

Conan
suspiró desde el otro lado de la habitación, apagó el ordenador y giró sobre la
silla para poder mirar directamente hacia Kizu.

CONAN: ¿Qué te pasa ahora a ti? -
dijo con melancolía.

KIZU: Pues que se que ahora me
odias

CONAN: ¿Odiarte por que?

KIZU: Por que te rechace – al fin
apartó los ojos de la ventana y lo miró – y ahora por eso he perdido tu
amistad.

CONAN: Kizu... - se acercó a ella y recogió sus manos entre
las suyas – yo, jamás, nunca podría odiarte, hicieras lo que hicieras.

KIZU: ¿Por qué?

CONAN: ¡Por que eres la persona
que más amo en este mundo! - sonrió – y, aunque ahora no podamos estar juntos,
por que somos muy pequeños... dentro de unos años, será diferente, y entonces,
yo me ganaré tu corazón y podremos estar juntos.

Esas
palabras calaron a Kizu hasta el alma, y lágrimas se agolparon salvajemente en
sus ojos... pero no, no lloraría.

CONAN: Siempre te haces la
fuerte, pero, sin embargo, eres una chica muy sensible, que siempre necesita
ser protegida – sonrió.

KIZU: Eso es mentira – frunció el
ceño, negándose a llorar delante de Conan – yo soy una niña fuerte e
independiente como mi oka-san.

CONAN: Vale lo que tu digas –
rió.

KIZU: Etto... entonces... - dijo
un poco dudosa – ¿volvemos a ser amigos?

CONAN: Nunca hemos dejado de
serlo – soltó las manos de Kizu, y fue hasta el armario y sacó una videoconsola
– mira, tengo un nuevo juego, es de investigar una serie de asesinatos...
¿quieres jugar conmigo y así entre los dos descubrimos al asesino?

KIZU: Sí – rió contenta y fue
hacia Conan, sentándose en el suelo, enfrente de la tele.

Mientras
Conan enchufaba todos los cables en sus correspondientes clavijas... Kizu se
sentía muy feliz por que al final todo con Conan se había arreglado.

Comenzaron
a jugar muy animados.

KIZU: Conan – dijo cuando ya
llevaban un buen rato jugando.

CONAN: ¿¡Eh!?

KIZU: Voy a decirte algo, ¡pero
no lo malinterpretes!

CONAN: ¿Decirme el qué? - dijo
sin mirarla, atento casi totalmente a la partida.

KIZU: Que yo también te amo
muchísimo – dijo rápidamente y volvió su atención a la pantalla.

Conan
la mira con interés, pero no dijo nada al respecto... por que con esas simples
palabras lo había echo enormemente feliz.

CONTINUARÁ... GRACIAS ^^

jueves, 13 de octubre de 2011

CAPÍTULO 22: VELADA ROMANTICA




Kazuha bajó
lentamente las escaleras de la mansión Hattori, miraba a todos lados, viendo ya
en esa gigante mansión como el hogar en el que siempre había soñado, estando
con su familia... siendo totalmente feliz.

Camino con
tranquilidad hacia el salón... donde todas las luces estaban apagadas. Kazuha
se adentro en el salón con paso lento, teniendo cuidado de no darle a ninguno
de los objetos decorativos que estaban esparcidos por todos lados de la sala.

De pronto,
unas velas se prenden como por arte de magia... y Kazuha puede ver sobre la
mesa una increíble cena, que aún humeaba caliente y unas copas de vino... y al
lado de esta estaba Heiji vestido con un esmoquin y mirando a Kazuha con amor.

HEIJI: Preciosa dama – hizo una reverencia y le apartó la
silla – ¿me complace con su compañía en esta cena?

Kazuha no
podía articular palabra, estaba mirando a Heiji con los ojos como platos...
estaba totalmente irresistible, ese esmoquin blanco combinaba perfectamente con
su piel oscura... le hacia verse mas guapo que nunca.

Ella, se
acercó a Heiji sin decir una sola palabra. Se sentó en la silla y dejó que
Heiji la acercará a la mesa.

HEIJI: Espero que te guste la cena, no es nada del otro
mundo – se sentó en la silla que había al lado de la de ella – la he preparado
yo con todo el amor de este mundo.

Heiji miró
de reojo a Kazuha, que no dejaba de mirar hacia abajo, al plato de sopa
humeante y juguetear con el borde de su falda...

HEIJI: Kazuha, ¿que te pasa?

KAZUHA: ¿Qué significa todo esto? - respondió con otra
pregunta.

HEIJI: Una cena sorpresa, para ti y para mi... Kizu se ha
ido con Ran y Shinichi y no volverá hasta mañana, así que pasaremos la noche tu
y yo solos – sonrió.

KAZUHA: ¿Por qué?

HEIJI: ¿Por qué que?

KAZUHA: La cena... ¿por qué la has organizado?

HEIJI: Quería hacer, algo bonito para los dos... si no te ha
gustado, lo siento mucho – dijo cabizbajo, también mirando la mesa.

KAZUHA: ¿Qué no me ha gustado?..., estoy tan feliz que no
tengo palabras para expresarla... - se llevó las manos a la boca emocionada por
el bonito detalle – muchísimas gracias, es... es... precioso – dijo entre
lágrimas llenas de felicidad, sentándose de lado en la silla para quedar
enfrente de Heiji.

Heiji
acercó su cara a la de ella, y lentamente fue secándole las lágrimas con
pequeños besos, repartiéndolos por cada pulgada del bello rostro de la mujer.

HEIJI: No he echo esto para que llores tontita... todo lo
contrario,quiero que seas feliz – le acaricio la mejilla y le colocó un mechón
de cabello detrás de la oreja.

KAZUHA: Ya se me pasa – respiró hondo y forzó una sonrisa –
y vamos a cenar, que se enfría la sopa.

Cenaron en
silencio, procesándose miradas de soslayo el uno al otro y sonriéndose...

Cuando
acabaron de cenar, aún se quedaron callados solamente mirándose directamente a
los ojos, diciendo, sin palabras lo muchísimo que se amaban.

HEIJI: Kazuha ven conmigo – le cogió la mano y se la llevó a
los labios para darle un delicado beso y colocar su palma sobre la mejilla –
quiero enseñarte algo.

KAZUHA: Está bien – se levanta de la silla junto a Heiji y
cogida a su brazo van a la amplia terraza.

La luna
estaba impresionantemente grande en el cielo, rodeada por multitud de
estrellas, tantas que casi no se podían contar...

HEIJI: Kazuha – continuo cogiendo las manos de Kazuha entre
las suyas, mientras lentamente se iba poniendo de rodillas – he organizado toda
la cena... por que quería preguntarte algo importante.

El corazón
de Kazuha empezó a latir alocadamente dentro de su pecho, a una velocidad
vertiginosa, miraba a Heiji con ojos desencajados por segunda vez en esa noche
y sus manos empezaron a temblar.

KAZUHA: ¿Pre-gun-tar-me el qu-é? - dijo con voz entrecortada
y temblorosa.

HEIJI: Esto – metió la mano en el bolsillo del pantalón y
sacó una pequeña cajita recubierta con terciopelo rojo – quiero preguntarte,
Kazuha Toyama, si usted me entrega su mano en matrimonio – abre la caja y le
muestra un anillo de prometida.

KAZUHA: Yo... yo... - dijo sin voz - ¿por qué?

HEIJI: Vaya pregunta tonta – se puso de pie y miró a Kazuha
directamente a los ojos – por que te amo, eres la chica de la que siempre he
estado enamorado, no ha habido otra, ni habrá... tu eres con la que quiero
pasar el resto de mis días... con la que quiero reír y llorar, la mujer que
quiero ver cada mañana a mi lado en la cama y con la que me acueste cada
noche... quiero que esa seas tú y nadie más que tu.

KAZUHA: Heiji... yo...

HEIJI: Espera, dejame acabar... - volvió a acariciar la
mejilla de Kazuha que otra vez estaba mojada por culpa de las lágrimas – te he
amado desde que eras una mocosita preciosa, tan altiva y trasto como nuestra
Kizu... pero a la vez tan inteligente y cariñosa, te he amado desde parbulos y
ese sentimiento no se ha extinguido con el paso del tiempo, todo lo contrario,
ha ido aumentando, por que cada día mi corazón te ama más y más – secó
nuevamente las lágrimas que caían a raudales por las mejillas de Kazuha – pero
por desgracia el destino nos puso trabas y tuvimos que separarnos por unos
largos seis años... pero el destino aunque es caprichoso, también es bueno a
veces y por una coincidencia volvimos a encontrarnos y, a pesar de todas las
dificultades, aún nos seguimos amando... por eso – sacó el anillo y empezó a
deslizarlo lentamente por el dedo anular de Kazuha – ...te pido que te cases
conmigo.

KAZUHA: …

HEIJI: Kazuha Toyama, ¿quieres pasar el resto de tu vida con
este baka que te ama con locura?

KAZUHA: Sí... si quiero – miró el anillo emocionada y se
tiró a los brazos de Heiji dándole un abrazo muy fuerte, mientras controlaba
los sollozos.

La pareja
estuvo abrazándose por largo rato. Después, como único testigo la luna,
sellaron ese pacto de amor eterno, con un beso en el que entregaron algo más
que el cuerpo o la piel, entregaron su alma y la entrelazaron para que se
formará una sola y nunca más nadie los
pudiera separar.

CONTINUARÁ... GRACIAS!! ^^

lunes, 3 de octubre de 2011

CAPÍTULO 21: AMOR INFANTIL



La vida de Kizu se volvió rutinaria pero a ella eso no le molestaba en lo absoluto. Su vida paso a ser monótona: ir al colegio, ir a sus prácticas de judo, volver a casa donde la esperaban sus padres, más amorosos y enamorados que nunca, hacer la tarea y estudiar con Conan y después jugar con él hasta que Ran y Shinichi venían a por él.

Todo esa rutina y monotonía a ella le encantaban... Por que eso demostraba que al fin tenía una familia como siempre había deseado... una familia que se amaban y estarían unidos para siempre.

Ahora mismo pensaba en esto,mientras se encontraba en la terraza de la casa tomando el sol, mientras jugaban a las cartas y se bebían un gran vaso de limonada fresquita.

CONAN: Si me sale un tres te gano seguro – sonrió ampliamente – seguro que te ganaré ahora Kizu.

KIZU: Eso ni hablar Conan, ganaré yo – dijo mordiéndose el labio y mirando atentamente sus cartas.

CONAN: Ya lo veremos Kizu, ya lo veremos – miró concentrado sus cartas y cogió otra del montón que tenía delante de él.

KIZU: Ya verás como gano – cogió otra carta del montón y sonrió – mira vamos a apostarnos algo.... el que gane le tiene que decir una verdad al que pierda.

CONAN: Está bien – sonrió con competitividad – trato echo.

Conan mostró sus cartas a Kizu y sonrió. Al verlas, Kizu sonrió aún más y mostró las suyas... Conan había perdido y eso hizo muy feliz a Kizu.

KIZU: Bien, pues me parece que te toca decirme una verdad – puso los brazos sobre la mesa y apoyo la cabeza en las manos, mientras mostraba una sonrisa de oreja a oreja.

CONAN: Está bien... - se puso el dedo en la barbilla y comenzó a pensar – ¿que podría decirte?

KIZU: Tienes que decirme un secreto que sea muy importante para ti – dijo Kizu aún sonriendo abiertamente.

Conan se quedó pensativo, mirando hacia la mesa y jugueteando con su bebida. De pronto alzó la cabeza y miró a Kizu directamente a los ojos.

CONAN: Ya se lo que voy a decirte Kizu.

KIZU: Venga desembucha – le instigó.

CONAN: Yo... yo... - tartamudeo, volviendo a mirar la mesa.

KIZU: Venga Conan, no es tan díficil – puso los ojos en blanco.

CONAN: Bueno está bien – alargó la mano y cogío las de Kizu entre las suyas – mi secreto, es que yo a ti desde hace mucho tiempo, te....

KIZU: Me... que? - intentó apartar las manos, pero Conan no la dejo – oye Conan, dilo de una vez..

CONAN: Yo a ti, Kizu te he amado desde que eramos pequeños – dijo a toda velocidad, manteniendo firmemente sujetas las manos de los niños.

KIZU: ¿Qué tu a mi que? - dijo con los ojos como platos.

CONAN: ¡Qué te amo Kizu!

KIZU: O.O...

CONAN: Desde siempre, desde que tía Kazuha vino y te conocí... siempre te he amado.

KIZU: Pero... como puedes amarme... ¡somos unos críos!

CONAN: Para la edad no hay amor, además – inquirió – nosotros somos muy maduros para nuestra edad.

KIZU: Pero, no como para enamorarnos...

CONAN: Kizu, ¿tu que sientes por mi?

KIZU: Yo... yo... - dijo en un hilo de voz – yo te quiero mucho Conan... pero...

CONAN: ¿Pero?

KIZU: Pero tu eres como mi hermano, jamás te vería como algo más, lo siento.

CONAN: Vaya – miró decepcionado a la mesa, y suspiró – no tenía que haber dicho nada... tenía que haber seguido siendo un secreto.

KIZU: Conan lo siento mucho...

CONAN: Da igual – forzó una sonrisa.

Desde el piso de abajo se escuchó la voz amorosa de Ran que llamaba a su hijo para que bajará.

CONAN: Bueno Kizu, yo tengo que irme – se levantó de la mesa, sin mirar a la cara a Kizu – ya hablaremos otro dia, cuidate – se fue sin esperar la respuesta de la niña.

Kizu se quedó allí de pie, mirando hacia el espacio que Conan había ocupado hacía unos minutos y preguntándose si en el transcurso de cinco minutos, había perdido al mejor amigo que en la vida podría tener.

CONTINUARÁ... PERDÓN POR LA TARDANZA ^^