Vistas de página en total

viernes, 30 de diciembre de 2011

CAPÍTULO 29: REUNIÓN FAMILIAR... ¿ALEGRÍA O DESGRACIA?


Varios días habían pasado desde
que Kazuha y Heiji se habían dado el “Sí, quiero” en la iglesia... y para
Kazuha habían sido los días más felices de su vida, estando con su marido y su
querida hijita... no podía haber felicidad más grande para una madre.... ni
para ella.

Y,
en el día de hoy... cuando no solamente estaba con su esposo y con su hija...
si no cuando también se encontraban Ran, Shinichi y el pequeño Conan
acompañandolos, ella sentía como su corazón se hinchaba de felicidad y amor
hacia todas las personas que había ahora mismo sentadas en la mesa, cenando
tranquilamente.

RAN: La comida nos ha quedado
deliciosa ehh Kazu – le guiñó un ojo y se llevó a la boca un trozo de pavo
asado.

KAZUHA: ¿Eh? - dijo aún absorta
en sus pensamientos – si nos ha quedado bien – sonrió ampliamente, saboreando
otro pedazo de pavo.

SHINICHI: Tiene demasiada sal
para mi gusto – dijo bebiendo agua.

RAN: ¿Qué has dicho Shin? - le
mira con los ojos entrecerrados llenos de furia – ¡no te he oído bien!

SHINICHI: ¡Qu-e est-á ri-co! -
empezó a comer “con muchas ganas”, mirando de reojo a Ran que ahora sonreía
complacida.

RAN: ¡Así está mejor!

KIZU: Tía Ran eres cruel con el
pobre tío Shinichi... - dijo Kizu mirando a su tío con mirada de lastima.

SHINICHI: Que va – ríe – si yo la
amo con todo mi corazón... a pesar de esto – miró al plato y la miró a ella.

RAN: Ains mi Shin – le coge la
mano y le da un leve beso en los labios – yo también te amo.

KIZU: ¡Oye para haceros mimos, os
vais a un hotel!

TODOS: O.O.... ¡Kizu!

KIZU: Solo he dicho la verdad –
se cruza de brazos.

CONAN: Kizu... nuestros padres se
aman tanto... que tienen que demostrarse lo mucho que se aman de alguna manera
– la mira y sonríe.

KIZU: Pero es incomodo... - se
ruboriza al sentir la mirada persistente de Conan sobre ella.

CONAN: Para mi no lo es... - dijo
en un tono suave.

KIZU: Tú... callate... que tú...
¡roncas! - desvió la mirada hacia otro lado y jugueteo con su falda.

CONAN: ¡Ya estamos otra vez! -
dijo Conan rojo como un tomate y mirando a todos – ¡que yo no roncoooo!

KIZU: ¡Mentiroso! Que cuando me
quedo en tu casa a “dormir” - señalo la palabra – tu no me dejas dormir nada de
nada ¬.¬ … tus ronquidos se oyen por toda la casa.

CONAN: Eso no es verdad – grito
indignado .

HEIJI: Ya basta a ambos...
dejadlo ya – dijo un poco enfadado – es una cena familiar, para estar en
armonía con las personas que queremos... no para discutir – añadió bebiendo de
su vaso.

KIZU Y CONAN: Valeee... ¡lo
sentimos!

KAZUHA: Eso está mejor – sonrió.

De
pronto, el teléfono comenzó a sonar estrepitosamente, haciendo que todos dieran
un brinco al escucharlo. Heiji se levantó rápidamente al oír su móvil sonar y
lo cogió al instante.

HEIJI: Sí... sí... - hizo una
pausa escuchando – sí entiendo... - su tono sonó duro – sí... ahora mismo voy
para ya... - hizo otra larga pausa – está bien, ahora nos vemos – colgó y fue
de nuevo al salón.

HEIJI: Me tengo que ir... - dijo
con el semblante severo – me necesitan en la comisaria... ha pasado algo...

KAZUHA: ¿Heiji que ha pasado?

HEIJI: No es nada... - miró a los
niños y después a Kazuha – solamente me tengo que ir – se arrimó a Kazuha y le
dio un largo y apasionado beso, sin cortarse por que hubiera gente delante –
volveré lo más pronto que pueda, te amo.

KAZUHA: ¡Heiji espera!

Kazuha se levantó velozmente de
la silla y fue trás él...

KIZU: ¿Que habrá pasado? - dijo
preocupada por sus padres.

CONAN: No lo se... - intentó
levantarse pero Ran no se lo permitió – quedaros ambos aquí – dijo mientras se
levantaba e iba para el salón...

Pero
antes de que diera dos pasos, Kazuha volvió con los ojos llorosos, mirándolos a
todos y sentándose en la mesa, tapo su cara entre las manos... y empezó a
llorar silenciosamente...



CONTINUARÁ....
:)

domingo, 18 de diciembre de 2011

CAPÍTULO 28: REVOLUCIÓN EN LA MANSIÓN KUDO... ¡QUIERO IRME CON MIS PADRES!



Era la undécima vez que Kizu abría
la puerta que daba a la calle para poder salir e ir a buscar a sus padres... y
también era la undécima vez que Shinichi la cogía e introducía a una niña con
una gran rabieta dentro...

KIZU: ¡Tío Shinichi
que me dejeeees! - gritó pataleando – quiero irme con mis padreees – lloriqueo
– ellos se los deben de estar pasando bien... y yo sin embargo, estoy aquí con
vosotros... aburridiiisiiimaaaaa – volvió a patalearle a Shinichi, en zonas en
las que son muuy dolorosas.

SHINICHI: Niña son
las dos de la madrugada... tus padres estarán... estarán... - se lo pensó un
poco ya que no podía decirle la verdad – dormidos.

KIZU: ¡Mentiroso! Yo
se perfectamente lo que mis padres están haciendo en su noche de bodas y por
eso quiero ir – vocifero.

SHINICHI: O.O... - la
miró con cara de circunstancias.

KIZU: No me mires
así, se que se pasarán toda la noche...

SHINICHI: ¿Qué crees
que harán...? O.O...

KIZU: Se pasaran toda
la noche... jugando... a los videojuegos y yo quiero ir con ellos y jugar... -
intentó ir hacia la puerta por otra vez. Pero Shinichi la interceptó antes de
que lo consiguiera – ¡dejame tío!

SHINICHI: No puedes
ir y punto – dijo aliviado de la respuesta que había obtenido de la niña – te
vas a la cama y serás buena o tendré que tomar medias extremas.

KIZU: Medidas...
¿extremas?

SHINICHI: Sí... no te
contaré nuuuunca más historias de misterio que tanto te gustan.

KIZU: No serías capaz
– le miró con los ojos llorosos – a que no... ¿tito Shinichi?

SHINICHI: ¿Tú que
crees querida sobrina?

KIZU: Sí eres
capaz... que maloooo – lloró.

SHINICHI: No sirve de
nada, ahora sube al cuarto y a dormir.

KIZU: Tío eres baka –
subió corriendo los escalones hacia el piso superior – muuuuy baka, te odio –
siguió corriendo hasta la habitación, cuando llegó la abrió rápidamente y, a
continuación, la cerró de un portazo.

Conan levantó al
cabeza de la almohada y miró a Kizu con los ojos entrecerrados y bostezando.

CONAN: ¿Qué pasa?

KIZU: Tu padre que no
me deja irme a mi casa – se sentó sobre el futón fustrada – quiero ir a jugar
con mis padres...

CONAN: Mañana nos
pasaremos todo el día nosotros jugando si quieres – bostezó y se frotó los ojos
con cansancio – pero ahora deberías dormirte.

KIZU: No creo que
pueda dormir – se enrosco un mechón de pelo en el dedo meñique y comenzó a
enroscarselo – quiero irme con mis padres... pero, sin embargo, si lo hago tu
padre me tiene amenazada.

CONAN: ¿Con qué?

KIZU: No me contará
más historias ¡¡NUNCA MÁS!! y eso es malo muuuy malo – se acostó – por que me
encantan sus historias...

CONAN: Duérmete anda
Kizu... mañana será otro día – se acostó y cerró los ojos.

KIZU: Para ti es
fácil decirlo baka – le pegó golpes a la almohada con las manos – pero mis
padres se lo están pasando ahora mismo genial, mientras yo tengo que dormir
contigo jum

CONAN: ¿Que tiene de
malo dormir conmigo?

KIZU: Roncas

CONAN: Yo no ronco -
¬¬

KIZU: Si tu lo dices
– se metió debajo de las cobijas resignada y se acostó – como ronques te meteré
un calcentín en la boca que lo sepas.

CONAN: ¡Que no
roncooooo! ¬.¬

KIZU: Que si que si –
cerró los ojos y comenzó a respirar lentamente.

Kizu estaba taaaan cansada que a los
cinco minutos de haber recostado la cabeza sobre la almohada cayó rendida en un
profundo sueño... pero, Conan sin embargo ahora, después de que Kizu lo
despertará, todo su sueño se había ido, y quedandose mirando el techo con los
ojos como platos en la oscuridad... no dejaba de pensar en una idea que le
pasaba por la cabeza... ¿en verdad roncaba?

CONTINUARÁ... MUCHAS
GRACIAS POR LEERLO ^_^

miércoles, 7 de diciembre de 2011

CAPÍTULO 27: FELICIDAD... ¡LA NOCHE DE BODAS!


La fiesta ya había
acabado, los invitados se habían ido a sus casas y Kizu, a su vez, se había ido
a la casa de Ran y Shinichi para no molestar a sus padres en esta noche tan
especial.

Heiji llevaba en brazos a su querida
y amada esposa... bueno más bien debería decir a su querida y relajada esposa,
por que ya todos sus nervios y temores infundados habían desaparecido y ahora
solo quedaba una felicidad infinita.

KAZUHA: Menos mal que
todo ha acabado – rió tontamente, apoyando la cabeza en el hombro de Heiji y
pasando sus brazos por el cuello.

HEIJI: Puedo decir lo
mismo... menos mal que todo ha acabado... y bien – dijo con cierta melancolía
al pensar en todo lo que había pasado en la Iglesia,

KAZUHA: Heiji...
siento mucho eso de verdad... tu no te
merecerías tantas dudas de mi parte...

HEIJI: Eso ya paso y
esta olvidado – continuaba caminando hacia la habitación – ahora, lo que
importa es que eres mi mujer... y esto, ya es para siempre.

KAZUHA: Si – rií con
un cierto miedo en el timbre de la voz.

HEIJI: Kazuha, te
haré la mujer más feliz del mundo – abrió la puerta y entró – te lo prometo.

KAZUHA: Lo sé – se
abrazó más a él y hundió la cabeza en el hueco de su cuello.

Heiji dejó con cuidado a su tierna
esposa sobre sus pies, mientras miraba con atención como esta se tambaleaba.

HEIJI: Has bebido
demasiado – ríe.

KAZUHA: No ha sido
para tanto – hipó.

HEIJI: Bueno lo que
usted diga – encogiéndose de hombros la ayuda a sentarse en una silla – te
traeré un vaso de agua para que te refresques – disponía a irse, pero la mano
de Kazuha sobre la suya se lo impidió.

KAZUHA: No te vayas –
dijo levantándose y rodeando su cuello con los brazos de nuevo – no quiero que
te vayas – acercó su cara a la de Heiji.

HEIJI: No me iré a
ningún lado... solamente.... - las palabras de Heiji fueron cortadas por la
boca de Kazuha sobre la suya.

Ambos se besaron tiernamente...
Hazuha recorriendo con sus dedos el cabello de Heiji, pegándolo más a ella y
Heiji, con las manos colocadas delicadamente sobre la cintura de Kazuha.

Kazuha se apartó un poco, pero no
demasiado, solemante lo suficiente para poder hablar, pero aún dejando en
contacto sus labios.

KAZUHA: Heiji te amo,
y eso es de lo único que no he dudado... del inmenso amor que siento por ti...
desde siempre y para siempre.

HEIJI: Yo... - tragó
audeblemente – yo... también te amo con toda mi alma Kazuha, por el resto de mi
vida – apretando más los brazos que tenia en su alrededor – y jamás me apartaré
de tu lado – sonrió y volvió a besarla, colocando sus labios tiernamente sobre
los de ella.

Pero en esta ocasión el beso no se
quedo solamente ahí... a cada segundo que pasaba el beso iba volviéndose más y
más apasionado... más febril... hasta que ambos, sin darse cuenta de sus
acciones se iban dirigiendo entre besos hacia la cama... donde Heiji la tumbo
con delicadeza y continuo besándola...

Las ropas quedaron esparcidas por el
suelo... y ellos quedaron desnudos sobre el lecho... demostrándose lo mucho que
se deseaban y lo mucho que se amaban...

Ambos se unieron en un solo cuerpo,
un solo ser, un solo corazón que latían al unísono... una sola alma... recorriendo con besos y caricias cada poro de
sus pieles...

Pasaron toda la noche demostrandose
amor y pasión, hasta que los primeros rayos de sol entraron por la ventana y se
reflejaron en sus cuerpos desnudos.

KAZUHA: Te amo…

HEIJI: Te amo…

Son las únicas palabras que dijeron
antes de besarse y abrazarse hasta bien entrada la mañana...

CONTINUARÁ... GRACIAS
POR LEERLO ^_^

jueves, 24 de noviembre de 2011

CAPÍTULO 26: INDECISIÓN... ¿DEBERÍA DECIRLE QUE SI AL HOMBRE QUE MÁS HE AMADO EN LA VIDA?


El cura comenzó con la misa... y
mientras tanto Heiji miraba de reojo con adoración a su futura esposa, deseando
que al fin llegará el momento de decirle el “Sí, quiero” y que el sacerdote por
fin los declarara marido y mujer... y poder besarla... se moría por volver a
besarla...

Heiji deslizó su mano lentamente
hacia de la Kazuha... y entrelazo los dedos con los suyos... tenía la mano
húmeda por el sudor y también le temblaba mucho... Él solamente le apretó la
mano de manera consoladora, diciendole con la mirada que la amaba y que todo,
absolutamente todo saldría bien...

***

Kazuha pensaba que el corazón se le
iba a salir por la boca, le latía tan rápido que parecía que le iba a dar un
ataque al corazón y no solamente era eso... también le temblaba todo el
cuerpo... y que Heiji intentará animarla solamente la ponía más nerviosa...
¿Por qué le costaba tanto dar este paso y casarse con Heiji...? si ella lo
amaba y eso lo tenía clarisimo ¿por qué le tenía tanto miedo al matrimonio?...
no lo sabía, solamente sabía que en cualquier momento el miedo se apoderaría de
ella y saldría corriendo hacia la puerta.

CURA: Queridos
hermanos estamos hoy aquí reunidos para unir en santo matrimonio a Kazuha
Toyama y Heiji Hattori... - dijo el sacerdote hacia todo el mundo.

Kazuha solo pudo estremecerse al oír
al cura hablar... cada segundo que pasaba estaba más y más nerviosa, apretaba
la mano de Heiji con demasiada fuerza... y este la miraba de reojo con
expresión preocupada...

Ella solamente necesitaba irse...
huir...

***

La ceremonia continuaba normalmente
para todo el mundo, o eso creían por que Ran estaba segura de que a Kazuha en
cualquier momento le fallarían los nervios y cometería el peor error de su
vida... pero ella ya no podía hacer nada, había hablado con ella, aconsejado,
apoyado, habían llorado juntas minutos antes de tener que ir hacia la
Iglesia... pero parecía que eso había valido de poco... por que Kazuha mostraba
todos los signos de que quería huir de allí, y cuanto antes... mejor.

***

Heiji miraba hacia Kazuha
preocupado, no sabía lo que le pasaba y eso lo atormentaba enormemente... ¿que
le podía ocurrir?

Agarró su mano más firmemente, y
mientras el cura soltaba su discurso sobre lo mucho que Dios nos amaba acercó
su boca al oído de ella.

HEIJI: ¿Que te pasa
Kazu? - susurró para que nadie le oyera.

Kazuha no contestó, solamente le
dedicó una sonrisa nerviosa y su mirada mostraba pánico... un gran pánico...
¿pero a qué?

No le dio tiempo a pensar más por
que en ese momento el cura llamo su atención.
CURA: Heiji Hattori,
¿aceptas como esposa a Kazuha Toyama, para quererla en la riqueza y en la
pobreza, en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte os separe?

Heiji, giró sobre si mismo hasta
quedar en frente de Kazuha, cogió sus manos entre las de él y pronunció las
palabras que le venían inspiradas directamente de su alma y de su corazón.

***

Kazuha se quedó sin palabras cuando
sintió la penetrante mirada de Heiji clavada fijamente en la suya... sin darle
posibilidad de mirar hacia otro lado, sujetando sus manos tan fuerte que ya
empezaban a dolerle... ¿Es qué había descubierto que quería dejarlo plantado en
el altar...? No tenía otra explicación... pero cuando empezó a hablar, todos
sus pensamientos quedaron olvidados...

HEIJI: ¿Cómo puede
tan siquiera preguntarme eso? - negó con la cabeza hacia el sacerdote – como no
voy a querer pasar el resto de mis días junto a la mujer más especial del mundo...
junto a la madre de mi hija... - alzó las manos de Kazuha hacía su boca y le
dio un beso reverente a cada una – no solamente quiero que seas mi esposa,
quiero que seas mi mejor amiga, mi confidente, mi amante, mi mujer... quiero
que lo signifiques todo para mi y yo quiero significar todo para ti... no
quiero dudas, solamente quiero que hagas lo que debas hacer... yo lo entenderé
y te apoyaré en lo que sea – sonrió ampliamente – y si no queda claro... mi
respuesta es Sí, quiero.

Kazuha no pudo hacer otra cosa que llorar, llorar como nunca
lo había echo... y Heiji fue tan amable que sabiendo de sus dudas, de sus
claras intenciones... aún así la abrazó con tanta ternura que Kazuha no pudo
hacer otra cosa que llorar con más intensidad...

***

Heiji se sentía fatal, le dolía en
el alma que Kazuha hubiera pensado en dejarle plantado... y aún el mismo se
preguntaba como lo había sabido... solamente tuvo que mirar en el interior de
los ojos de su amada Kazuha para saber con exactitud todas sus dudas y sentimientos
cruzados...

La sostuvó contra su pecho,
acariciando su espalda con ternura y controlando el mismo el dolor fijo y
punzante que sentía en el corazón... si Kazuha lo dejaba... no sabía como
podría seguir hacia delante...

***

Kazuha se recompuso de su momento de
llanto... su maquillaje había quedado todo esparcido por su cara, sus ojos
hinchados y rojos por las lágrimas y lo que es peor... la cara de Heiji
mirandola con dolorosa ternura y amor... algo que ella no se merecía por
cobarde...

HEIJI: Padre
continué... - planteó Heiji en un hilo de voz, sin apartar la mirada de Kazuha.

CURA: K-azuha To-yama
¿aceptas a Heiji Ha-torri en la salud y en la enfermedad en la riqueza y en la
pobreza hasta que la muerte os separe...?

Kazuha no tuvo que
pensarlo demasiado ya... sostuvo la cara de Heiji entre sus manos y con voz
clara y firme dijo las palabras que la condenarían para siempre... a la
felicidad eterna o a un eterno suplicio...

KAZUHA: Sí...
quiero...

CONTINUARÁ... GRACIAS
^^

martes, 15 de noviembre de 2011

CAPITULO 25: LLEGO EL DÍA MÁS TEMIDO... ¡HOY ME CASO!


Kazuha
acababa de ponerse el vestido de novia... era todo blanco y estaba
completamente bordado por todos lados. La tela se ceñía a su cuerpo como si
fuera una segunda piel... por lo que se podía vislumbrar su impresionante
figura.

RAN:
Siéntate aquí Kazuha... te tengo que peinar.

Kazuha sin decir una palabra
obedeció y se sentó... dejando que Ran se encargara de arreglar su pelo.

En un silencio absoluto, Ran cepilló
el pelo de su amiga y comenzó a realizar un intrincado peinado... que le
favorecería su cara y al vestido.

Pasaron los minutos, y mientras Ran
continuaba con su labor, Kazuha aún no tenía nada decidido... ¿que debía hacer?
Ya era tarde para decirle nada a Heiji...

RAN:
Deja de moverte... no me dejas ponerte bien las horquillas – se quejó.

KAZUHA:
Yo... lo... siento – dijo mordiéndose el labio inferior – es que estoy muy
nerviosa.

RAN:
Lo veo Kazu... ¿es que aún tienes esas dudas?

KAZUHA:
Si – asintió – y a cada segundo que pasa... estoy más dudosa y tengo más
miedo...

RAN:
Kazu, tranquilizate, todo saldrá bien – le frotó los brazos de manera
consoladora.

KAZUHA:
Yo no creo que pueda casarme... - dijo tartamudeando – yo... ¡no estoy segura
de lo que quiero en este momento!

RAN:
¿Piensas dejar plantado a Heiji en el altar?

KAZUHA:
Yo... no se... - dos lagrimas se deslizaron por sus mejillas, estropeandole el
maquillaje – no se que debo hacer Ran...

RAN:
Tranquila – fue hasta que estuvo delante de ella y consiguio limpiarle las
mejillas, con cuidado de no estropearle mas el maquillaje – Kazu... haz lo que
te haga feliz, yo siempre te apoyaré ¿vale?

KAZUHA:
Gracias – dijo entre sollozos mientras abrazaba a Ran y comenzaba a llorar...

***

En otra habitación de la mansión Hattori,
Heiji se preparaba junto a Shinichi y al pequeño Conan.
Heiji se ponía bien la corbata y se
miró fijamente en el espejo... asintió complacido al verse bien y después miró
hacia Shinichi.

HEIJI:
¿Cómo me veo? - dijo girando lentamente varias veces para que Shinichi pudiera
mirarlo adecuadamente.

SHINICHI:
Vas muy muy coqueto – sonrió de oreja a oreja.

HEIJI:
No te pases tío o aún te la ganas – dijo Heiji intentando sonar enfadado...
pero no consiguiendolo, por que se sentía tan feliz... la felicidad desbordaba
en el por cada poro de su piel y eso... todo el mundo debía saberlo.

SHINICHI:
No creo que te pelees conmigo el día de tu boda – sonrió.

HEIJI:
Tienes razón, no voy a enfadarme el día de mi boda – sonrió más abiertamente...
una sonrisa deslumbrante – hoy es el día
más feliz de mi vida, no puedo hacer otra cosa más que sonreír.

Suena la puerta, y de repente, entra
Kizu.

KIZU:
¡Papá! - corré a sus brazos y Heiji la pilla al vuelo – estás guapísimo cuando
oka-san te vea se va ha desmayar de la impresión – dijo propinándole a su padre
un beso en la mejilla.

HEIJI:
Gracias mi niña – le devuelve el beso y la abraza muy fuerte – no sabes que
feliz soy hija mía... no hay nada que empañe la felicidad que rebosa en esta
casa hoy... absolutamente nada...

***

Llegó el momento... al fin iban a
casarse...

Eso es lo que iba pensando Heiji
mientras esperaba a Kazuha en el altar...

Su deseo se vio concedido un latido
de corazón después cuando Kazuha apareció por la puerta, agarrada al brazo del padre.
Iba tan sumamente bonita, deslumbrante, preciosa... no había palabras para
expresarlo... simplemente, tanta belleza no se podía expresar con palabras.

En el momento que la vio entrar en
la Iglesia, Heiji supo que había tomado la decisión correcta al proponerle
matrimonio a Kazuha, la única mujer que querría jamás.

***

Kazuha no sabía como aún no se había
caído al suelo... no podía andar bien, estaba temblando por todos lados, y las
lágrimas aún le nublaban la visión, a pesar de que se había pasado llorando más
de una hora en el hombro de Ran.

Cada paso que daba la acercaba más a
Heiji, que la estaba mirando con... adoración... si adoración era la palabra
adecuada y eso a ella... le hizo que se le encogiera el estomago...

Más pronto de lo que hubiera
querido... llegó hasta Heiji, su padre la dejo allí depositandole un beso en la
mejilla y saludando con la cabeza a Heiji y se fue... dejandola sola con Heiji
y su destino.

HEIJI:
Estás preciosa Kazuha... simplemente preciosa – dijo dandole un beso amoroso en
la mejilla.

KAZUHA:
Gra...ci...as – dijo con voz temblorosa, levantando la comisura de la boca en
una sonrisa forzada – tu también estas muy gua...po...

HEIJI:
¡Gracias! Te amo – dijo cogiendo su mano y mirando al cura que acaba de hacer
su aparición.

Y, ahí fue cuando a Kazuha le
embargaron unas ganas terribles de salir corriendo de allí...

sábado, 5 de noviembre de 2011

CAPÍTULO 24: NERVIOS... ¡NO ESTOY SEGURA SI QUIERO CASARME!




Kazuha
miraba el calendario de la cocina, mientras se mordisqueaba nerviosamente las
uñas y movía el pie rápidamente... mañana se casaría con Heiji, ese había sido
el sueño de su vida, pero, ahora que había llegado el momento, no tenía las
cosas tan claras...

Ran estaba
en frente de ella, cogiendo entre sus manos una taza de café caliente y mirando
a Kazuha con expectación.

RAN: ¿Qué pasa Kazu? - dijo Ran dándole un sorbo a la taza
de café.

KAZUHA: ¿¡Eh!?

RAN: Te noto inquieta – dijo cogiendo su mano temblorosa
entre las de ella – dime que te pasa

KAZUHA: Mañana es MI BODA – recalcó la palabra - con Heiji –
dijo mordiéndose una uña otra vez..

RAN: si... ¿Y?

KAZUHA: ¿Y? ¿Solo vas a decirle eso a tu amiga que esta a
punto de casarse?

RAN: Yo me casé hace cuatro años, y no estaba tan histeria
como tu – la miro con los ojos entrecerrados.

KAZUHA: Tu caso y el mio son muy diferentes – tamborileo los
dedos sobre la mesa – ¡tengo miedo!

RAN: ¿Miedo de que?

KAZUHA: De que las cosas cambien – dijo cabizbaja, mirando
hacia la mesa – de que, al casarnos, todo cambie...

RAN: ¿Cambiar a...?

KAZUHA: A mal... que las cosas se enfríen y que el amor que
existe entre nosotros se extinga.

RAN: El matrimonio afianza la relación de una pareja,
haciendo que se amen más.

KAZUHA: Nosotros no somos como vosotros... hemos pasado por
muchas cosas... y no se si, al casarnos... estaremos mal.

RAN: Nosotros no lo pasamos bien Kazuha y tu mejor que nadie
lo sabes – le estrecha la mano – pero, sin embargo, nuestro amor lo superó todo
y ahora, somo muy felices con nuestro Conan.

KAZUHA: Pero...


RAN: Date la oportunidad de ser feliz junto al hombre que
amas... y dásela también a Heiji – le guiñó un ojo – que el matrimonio tiene
sus cosas malas, pero las buenas lo compensan – rió.

KAZUHA: Esto no cambia nada – sonrió levemente – sigo
estando tremendamente asustada.

RAN: Esos miedos se te quitaran, y los miedo y todo, cuando
le digas el si a Heiji.

KAZUHA: Es que no se... si... voy a decirle que si – dijo en
un hilo de voz.

RAN ¿Cómo?

KAZUHA: Es que... no se si estoy preparada para casarme –
dijo estrujando su jersey – tengo tanto miedo... no se... a lo primero estaba
todo bien, fui muy feliz, pero, después, con el paso de los días no se que
decir...

RAN: Kazu...¿de verdad tienes dudas sobre casarte?

KAZUHA: si – asintió con la cabeza.

RAN: ¿Es que no amas a Heiji tanto como dices?

KAZUHA: No es eso... es que – tragó audiblemente – es que...

RAN: Las explicaciones no me las tienes que dar a mi... si
no... a Heiji – dijo levantándose de la silla y acercándose a ella para abrazarla – pero, debes decidirte pronto... y
tener cuidado para no romperle el corazón a Heiji... no se lo merece – le besó
la mejilla.

KAZUHA: Lo sé... lo sé – se echo a llorar, recargando la
cabeza en el hombro de Ran – no quiero hacerle daño, pero...

Las dudas
de Kazuha iban en aumento a cada segundo que pasaba, su cabeza era un caos y
ella no sabía que hacer... ¿debía casarse o no?

CONTINUARÁ... PERDÓN POR LA TARDANZA Y GRACIAS POR LEERLO
^_^

sábado, 22 de octubre de 2011

CAPÍTULO 23: KIZU Y CONAN...


Kizu estaba
en la casa de su tios Ran y Shinichi... su oto-san la había enviado allí a
pasar la noche, argumentando que quería estar a solas con su oka-san... ¿y es
que ella no podría estar con ellos?

Miró con
envidia por la ventana, deseando poder disfrutar con sus padres de una buena
noche, comiendo todo lo que quisiera y riendo con ellos. Y, sin embargo, aquí
se encontraba, en el cuarto de Conan, mirando por la ventana a la brillante
luna que iluminaba la habitación... y en un incomodo silencio, por que Conan
apenas le había dirigido la palabra desde que había llegado.

Kizu lo
miró... estaba sentado frente al ordenador, mirando muy atento las noticias que
habían pasado en el día, sin prestarle ninguna atención a ella, y eso a Kizu le
molestaba, por que estaba tan aburrida que iba a quedarse dormida.

KIZU: Conan... estoy aburrida, ¡vamos a jugar a algo!

CONAN: Ahora estoy ocupado – dijo indiferente, sin despegar
los ojos de la pantalla.

KIZU: ¡Siempre estás ocupado! - protestó – y yo me aburro
como una ostra – frunció el ceño.

CONAN: Lee un libro, juega a un videojuego... no se, haz lo
que quieras – se encogió de hombros, sin mirarla un solo momento.

KIZU: Eres un gran baka Conan – se cruzó de brazos con
disgusto y miró otra vez por la ventana – desde que estuviste en mi casa el
otro día y hablamos de… eso... has estado muy raro conmigo... ¿qué te pasa?

Esas
palabras parecieron que si alteraron a Conan, por que dejó lo que estaba
haciendo... y la miro de reojo...

CONAN: El otro día, te dije que te amaba.

KIZU: Etto... - tragó audiblemente – si...

CONAN: Y tu me rechazaste – comenzó a tamborilear los dedos
sobre la mesa.

KIZU: Sí...

CONAN: Así que yo estoy actuando como un hombre que esta
desengañado, y que tiene el corazón roto – volvió a girar en la silla y siguió
mirando la pantalla del ordenador.

Kizu no
pudo refutar ni una sola palabra de las que dijo Conan, por que tenía toda la
razón, ella le había partido el corazón... y ahora era normal que él la diera
de lado.

Así, que
callándose, volvió a mirar por la ventana y fijo su mirada en la luna...
deseando poder volar por el cielo, alejarse de todos los problemas e irse a un
lugar lejano...



Pero
no podía, tenía que quedarse aquí toda la noche, dormir junto a Conan...
sabiendo que él ahora la odiaba por haberlo rechazado y ese rencor a Kizu le
dolía profundamente por que ella amaba profundamente a Conan... pero, ¿lo amaba
como para que fuera su novio? No lo creía, aún era muy pequeña para eso, no
podía pensar en tener novio ni nada de eso, ahora ella quería disfrutar de sus
padres...

Conan
suspiró desde el otro lado de la habitación, apagó el ordenador y giró sobre la
silla para poder mirar directamente hacia Kizu.

CONAN: ¿Qué te pasa ahora a ti? -
dijo con melancolía.

KIZU: Pues que se que ahora me
odias

CONAN: ¿Odiarte por que?

KIZU: Por que te rechace – al fin
apartó los ojos de la ventana y lo miró – y ahora por eso he perdido tu
amistad.

CONAN: Kizu... - se acercó a ella y recogió sus manos entre
las suyas – yo, jamás, nunca podría odiarte, hicieras lo que hicieras.

KIZU: ¿Por qué?

CONAN: ¡Por que eres la persona
que más amo en este mundo! - sonrió – y, aunque ahora no podamos estar juntos,
por que somos muy pequeños... dentro de unos años, será diferente, y entonces,
yo me ganaré tu corazón y podremos estar juntos.

Esas
palabras calaron a Kizu hasta el alma, y lágrimas se agolparon salvajemente en
sus ojos... pero no, no lloraría.

CONAN: Siempre te haces la
fuerte, pero, sin embargo, eres una chica muy sensible, que siempre necesita
ser protegida – sonrió.

KIZU: Eso es mentira – frunció el
ceño, negándose a llorar delante de Conan – yo soy una niña fuerte e
independiente como mi oka-san.

CONAN: Vale lo que tu digas –
rió.

KIZU: Etto... entonces... - dijo
un poco dudosa – ¿volvemos a ser amigos?

CONAN: Nunca hemos dejado de
serlo – soltó las manos de Kizu, y fue hasta el armario y sacó una videoconsola
– mira, tengo un nuevo juego, es de investigar una serie de asesinatos...
¿quieres jugar conmigo y así entre los dos descubrimos al asesino?

KIZU: Sí – rió contenta y fue
hacia Conan, sentándose en el suelo, enfrente de la tele.

Mientras
Conan enchufaba todos los cables en sus correspondientes clavijas... Kizu se
sentía muy feliz por que al final todo con Conan se había arreglado.

Comenzaron
a jugar muy animados.

KIZU: Conan – dijo cuando ya
llevaban un buen rato jugando.

CONAN: ¿¡Eh!?

KIZU: Voy a decirte algo, ¡pero
no lo malinterpretes!

CONAN: ¿Decirme el qué? - dijo
sin mirarla, atento casi totalmente a la partida.

KIZU: Que yo también te amo
muchísimo – dijo rápidamente y volvió su atención a la pantalla.

Conan
la mira con interés, pero no dijo nada al respecto... por que con esas simples
palabras lo había echo enormemente feliz.

CONTINUARÁ... GRACIAS ^^

jueves, 13 de octubre de 2011

CAPÍTULO 22: VELADA ROMANTICA




Kazuha bajó
lentamente las escaleras de la mansión Hattori, miraba a todos lados, viendo ya
en esa gigante mansión como el hogar en el que siempre había soñado, estando
con su familia... siendo totalmente feliz.

Camino con
tranquilidad hacia el salón... donde todas las luces estaban apagadas. Kazuha
se adentro en el salón con paso lento, teniendo cuidado de no darle a ninguno
de los objetos decorativos que estaban esparcidos por todos lados de la sala.

De pronto,
unas velas se prenden como por arte de magia... y Kazuha puede ver sobre la
mesa una increíble cena, que aún humeaba caliente y unas copas de vino... y al
lado de esta estaba Heiji vestido con un esmoquin y mirando a Kazuha con amor.

HEIJI: Preciosa dama – hizo una reverencia y le apartó la
silla – ¿me complace con su compañía en esta cena?

Kazuha no
podía articular palabra, estaba mirando a Heiji con los ojos como platos...
estaba totalmente irresistible, ese esmoquin blanco combinaba perfectamente con
su piel oscura... le hacia verse mas guapo que nunca.

Ella, se
acercó a Heiji sin decir una sola palabra. Se sentó en la silla y dejó que
Heiji la acercará a la mesa.

HEIJI: Espero que te guste la cena, no es nada del otro
mundo – se sentó en la silla que había al lado de la de ella – la he preparado
yo con todo el amor de este mundo.

Heiji miró
de reojo a Kazuha, que no dejaba de mirar hacia abajo, al plato de sopa
humeante y juguetear con el borde de su falda...

HEIJI: Kazuha, ¿que te pasa?

KAZUHA: ¿Qué significa todo esto? - respondió con otra
pregunta.

HEIJI: Una cena sorpresa, para ti y para mi... Kizu se ha
ido con Ran y Shinichi y no volverá hasta mañana, así que pasaremos la noche tu
y yo solos – sonrió.

KAZUHA: ¿Por qué?

HEIJI: ¿Por qué que?

KAZUHA: La cena... ¿por qué la has organizado?

HEIJI: Quería hacer, algo bonito para los dos... si no te ha
gustado, lo siento mucho – dijo cabizbajo, también mirando la mesa.

KAZUHA: ¿Qué no me ha gustado?..., estoy tan feliz que no
tengo palabras para expresarla... - se llevó las manos a la boca emocionada por
el bonito detalle – muchísimas gracias, es... es... precioso – dijo entre
lágrimas llenas de felicidad, sentándose de lado en la silla para quedar
enfrente de Heiji.

Heiji
acercó su cara a la de ella, y lentamente fue secándole las lágrimas con
pequeños besos, repartiéndolos por cada pulgada del bello rostro de la mujer.

HEIJI: No he echo esto para que llores tontita... todo lo
contrario,quiero que seas feliz – le acaricio la mejilla y le colocó un mechón
de cabello detrás de la oreja.

KAZUHA: Ya se me pasa – respiró hondo y forzó una sonrisa –
y vamos a cenar, que se enfría la sopa.

Cenaron en
silencio, procesándose miradas de soslayo el uno al otro y sonriéndose...

Cuando
acabaron de cenar, aún se quedaron callados solamente mirándose directamente a
los ojos, diciendo, sin palabras lo muchísimo que se amaban.

HEIJI: Kazuha ven conmigo – le cogió la mano y se la llevó a
los labios para darle un delicado beso y colocar su palma sobre la mejilla –
quiero enseñarte algo.

KAZUHA: Está bien – se levanta de la silla junto a Heiji y
cogida a su brazo van a la amplia terraza.

La luna
estaba impresionantemente grande en el cielo, rodeada por multitud de
estrellas, tantas que casi no se podían contar...

HEIJI: Kazuha – continuo cogiendo las manos de Kazuha entre
las suyas, mientras lentamente se iba poniendo de rodillas – he organizado toda
la cena... por que quería preguntarte algo importante.

El corazón
de Kazuha empezó a latir alocadamente dentro de su pecho, a una velocidad
vertiginosa, miraba a Heiji con ojos desencajados por segunda vez en esa noche
y sus manos empezaron a temblar.

KAZUHA: ¿Pre-gun-tar-me el qu-é? - dijo con voz entrecortada
y temblorosa.

HEIJI: Esto – metió la mano en el bolsillo del pantalón y
sacó una pequeña cajita recubierta con terciopelo rojo – quiero preguntarte,
Kazuha Toyama, si usted me entrega su mano en matrimonio – abre la caja y le
muestra un anillo de prometida.

KAZUHA: Yo... yo... - dijo sin voz - ¿por qué?

HEIJI: Vaya pregunta tonta – se puso de pie y miró a Kazuha
directamente a los ojos – por que te amo, eres la chica de la que siempre he
estado enamorado, no ha habido otra, ni habrá... tu eres con la que quiero
pasar el resto de mis días... con la que quiero reír y llorar, la mujer que
quiero ver cada mañana a mi lado en la cama y con la que me acueste cada
noche... quiero que esa seas tú y nadie más que tu.

KAZUHA: Heiji... yo...

HEIJI: Espera, dejame acabar... - volvió a acariciar la
mejilla de Kazuha que otra vez estaba mojada por culpa de las lágrimas – te he
amado desde que eras una mocosita preciosa, tan altiva y trasto como nuestra
Kizu... pero a la vez tan inteligente y cariñosa, te he amado desde parbulos y
ese sentimiento no se ha extinguido con el paso del tiempo, todo lo contrario,
ha ido aumentando, por que cada día mi corazón te ama más y más – secó
nuevamente las lágrimas que caían a raudales por las mejillas de Kazuha – pero
por desgracia el destino nos puso trabas y tuvimos que separarnos por unos
largos seis años... pero el destino aunque es caprichoso, también es bueno a
veces y por una coincidencia volvimos a encontrarnos y, a pesar de todas las
dificultades, aún nos seguimos amando... por eso – sacó el anillo y empezó a
deslizarlo lentamente por el dedo anular de Kazuha – ...te pido que te cases
conmigo.

KAZUHA: …

HEIJI: Kazuha Toyama, ¿quieres pasar el resto de tu vida con
este baka que te ama con locura?

KAZUHA: Sí... si quiero – miró el anillo emocionada y se
tiró a los brazos de Heiji dándole un abrazo muy fuerte, mientras controlaba
los sollozos.

La pareja
estuvo abrazándose por largo rato. Después, como único testigo la luna,
sellaron ese pacto de amor eterno, con un beso en el que entregaron algo más
que el cuerpo o la piel, entregaron su alma y la entrelazaron para que se
formará una sola y nunca más nadie los
pudiera separar.

CONTINUARÁ... GRACIAS!! ^^

lunes, 3 de octubre de 2011

CAPÍTULO 21: AMOR INFANTIL



La vida de Kizu se volvió rutinaria pero a ella eso no le molestaba en lo absoluto. Su vida paso a ser monótona: ir al colegio, ir a sus prácticas de judo, volver a casa donde la esperaban sus padres, más amorosos y enamorados que nunca, hacer la tarea y estudiar con Conan y después jugar con él hasta que Ran y Shinichi venían a por él.

Todo esa rutina y monotonía a ella le encantaban... Por que eso demostraba que al fin tenía una familia como siempre había deseado... una familia que se amaban y estarían unidos para siempre.

Ahora mismo pensaba en esto,mientras se encontraba en la terraza de la casa tomando el sol, mientras jugaban a las cartas y se bebían un gran vaso de limonada fresquita.

CONAN: Si me sale un tres te gano seguro – sonrió ampliamente – seguro que te ganaré ahora Kizu.

KIZU: Eso ni hablar Conan, ganaré yo – dijo mordiéndose el labio y mirando atentamente sus cartas.

CONAN: Ya lo veremos Kizu, ya lo veremos – miró concentrado sus cartas y cogió otra del montón que tenía delante de él.

KIZU: Ya verás como gano – cogió otra carta del montón y sonrió – mira vamos a apostarnos algo.... el que gane le tiene que decir una verdad al que pierda.

CONAN: Está bien – sonrió con competitividad – trato echo.

Conan mostró sus cartas a Kizu y sonrió. Al verlas, Kizu sonrió aún más y mostró las suyas... Conan había perdido y eso hizo muy feliz a Kizu.

KIZU: Bien, pues me parece que te toca decirme una verdad – puso los brazos sobre la mesa y apoyo la cabeza en las manos, mientras mostraba una sonrisa de oreja a oreja.

CONAN: Está bien... - se puso el dedo en la barbilla y comenzó a pensar – ¿que podría decirte?

KIZU: Tienes que decirme un secreto que sea muy importante para ti – dijo Kizu aún sonriendo abiertamente.

Conan se quedó pensativo, mirando hacia la mesa y jugueteando con su bebida. De pronto alzó la cabeza y miró a Kizu directamente a los ojos.

CONAN: Ya se lo que voy a decirte Kizu.

KIZU: Venga desembucha – le instigó.

CONAN: Yo... yo... - tartamudeo, volviendo a mirar la mesa.

KIZU: Venga Conan, no es tan díficil – puso los ojos en blanco.

CONAN: Bueno está bien – alargó la mano y cogío las de Kizu entre las suyas – mi secreto, es que yo a ti desde hace mucho tiempo, te....

KIZU: Me... que? - intentó apartar las manos, pero Conan no la dejo – oye Conan, dilo de una vez..

CONAN: Yo a ti, Kizu te he amado desde que eramos pequeños – dijo a toda velocidad, manteniendo firmemente sujetas las manos de los niños.

KIZU: ¿Qué tu a mi que? - dijo con los ojos como platos.

CONAN: ¡Qué te amo Kizu!

KIZU: O.O...

CONAN: Desde siempre, desde que tía Kazuha vino y te conocí... siempre te he amado.

KIZU: Pero... como puedes amarme... ¡somos unos críos!

CONAN: Para la edad no hay amor, además – inquirió – nosotros somos muy maduros para nuestra edad.

KIZU: Pero, no como para enamorarnos...

CONAN: Kizu, ¿tu que sientes por mi?

KIZU: Yo... yo... - dijo en un hilo de voz – yo te quiero mucho Conan... pero...

CONAN: ¿Pero?

KIZU: Pero tu eres como mi hermano, jamás te vería como algo más, lo siento.

CONAN: Vaya – miró decepcionado a la mesa, y suspiró – no tenía que haber dicho nada... tenía que haber seguido siendo un secreto.

KIZU: Conan lo siento mucho...

CONAN: Da igual – forzó una sonrisa.

Desde el piso de abajo se escuchó la voz amorosa de Ran que llamaba a su hijo para que bajará.

CONAN: Bueno Kizu, yo tengo que irme – se levantó de la mesa, sin mirar a la cara a Kizu – ya hablaremos otro dia, cuidate – se fue sin esperar la respuesta de la niña.

Kizu se quedó allí de pie, mirando hacia el espacio que Conan había ocupado hacía unos minutos y preguntándose si en el transcurso de cinco minutos, había perdido al mejor amigo que en la vida podría tener.

CONTINUARÁ... PERDÓN POR LA TARDANZA ^^

sábado, 17 de septiembre de 2011

CAPITULO 20: TODO SOLUCIONADO



Heiji se reía a carcajadas mientras que Kazuha lo miraba con los ojos como platos...

KAZUHA:¿Cómo que no es tu hijo? Si yo misma la oí cuando lo decía – dijo indignada, ¿que se creía que era tonta?

HEIJI: Te he dicho que ese niño no es mi hijo – intento contener la risa.

KAZUHA: Deja de reírte – sollozó – ¿tanta gracias te hace haberte vuelto a burlar de mi?

HEIJI: Repito que ese niño no es mi hijo – se sujetó el pecho adolorido y poco a poco se sereno – ese niño es mi ahijado.

KAZUHA: ¿Ahijado?

HEIJI: Sí – se sentó en el borde de la cama – yo soy el padrino de ese niño, yo lo bauticé – sonrió.

KAZUHA: Pero... si ella dijo que... - se sentó a su lado – que era tu hijo...

HEIJI: Ella es muy bromista – agarró la mano de Kazuha .

KAZUHA: Pero el niño se llama casi como tú... se llama Heiki... - dijo anonadada, ¿todo había sido un malentendido?

HEIJI: Te voy a contar toda la historia, presta atención, por favor.

Heiji le contó absolutamente todo a Kazuha con palabras claras y concisas: Hacía tres años aproximadamente, Heiji había conocido a Sakura en un bar, ambos habían echo buenas migas y habían charlado durante toda la noche.

Después de esa noche, Sakura y él se había vuelto cercanos, tan cercanos como hermanos... Meses más tarde ella se quedó embarazada de su novio, él cuál al enterarse abandono a Sakura y al niño... Heiji había estado con Sakura durante todo el proceso del embarazo, en el parto, y había bautizado al niño... pero en ese entonces Sakura desapareció y no la había vuelto a ver hasta ese momento, años más tarde.

KAZUHA: ¿Todo eso es cierto?

HEIJI: ¡Te lo juro Kazuha! Todo es verdad... Sakura es como una hermana para mi... y ese niño lo quiero un montón no lo niego, pero no tiene nada que ver con el amor que siento por ti y por Kizu...

KAZUHA: ¿De verdad?

HEIJI: Sí...

Kazuha acercó su cara a la de Heiji, dispuesta a darle un beso, deseosa de dárselo... pero, en ese momento, entró en la habitación, aompañada de Sakura y de su pequeño niño.

SAKURA: ¿Heiji ya le has dicho la verdad?

HEIJI: Sí y eres mala – le reprochó – has echo que mi mujer se enfade

KAZUHA: ¿Tú que?

HEIJI: Mi mujer, la madre de mi hija y la futura madres de mis once hijos – ríe.

KAZUHA: ¿Once?

HEIJI: Ya hablaremos de ello.

SAKURA: Lo siento, solo era una pequeña broma, ¿a que sí Heiki?

KAZUHA: No pasa nada... Heiji ya me lo ha contado todo y eso ha echo que me enamoré más de ti.

Heiji no paró y ahora si besó apasionadamente a Kazuha, el amor de su vida, la única mujer a la que amaría jamás.

HEIJI: ¡Te amo!

KAZUHA: Yo también a ti mi vida – lo volvió a besar.

KIZU: Oye yo también – se sube a la cama y abraza a ambos – yo soy aquí la pequeña, o sea, la que tiene que recibir todo el cariño – infló los mofletes.

HEIJI: Vas a recibir... un ataque de cosquillas – ríe.

KIZU: No cosquillas ¡nooooooo! - grita en un arranque de risa.

Después de esto, las semanas para la pareja fueron las más felices de su vida... pero aún quedaba una última desgracia que podría a prueba su amor...

CONTINUARÁ...

domingo, 11 de septiembre de 2011

CAPITULO 19: MALENTENDIDO



KAZUHA: ¿Un hijo con Heiji? - dijo anonadada.

SAKURA: Sí, mi hijo con Heiji... ahora, ¿puedes avisarle que estoy aquí?

Kazuha aún no se podría creer que Heiji tuviera un hijo con otra... si hace unos minutos todo era perfecto, ellos se habían dicho que se amaban, que querían intentar tener una familia... y ahora todo se ve derrumbado por la aparición de esta mujer.

KAZUHA: Pa...sa... - abrió pa puerta de par en par y dejó entrar a la mujer con el niño – seguidme... por aquí está Heiji...

Ella camino delante de la otra mujer, con paso firme, fingiendo que todo estaba bien pero por dentro hirviéndole todo el cuerpo y teniendo ganas de matar a Heiji... ¡Ohhhh si! Y si fuera verdad que esté niño era su hijo lo haría, no le cabía ninguna duda.

Llegaron al salón y se encontraron a Heiji y Kizu charlando amistosamente. Ella le contaba como es que había escapado de sus secuestradores y Heiji escuchaba atentamente y mostraba su orgullo por su hija.

KAZUHA: Heiji tienes visita – le fulminó con la mirada – una mujer esta preguntando por ti – si las miradas mataran, Heiji habría muerto en ese mismo momento.

HEIJI: ¿Quién es? - preguntó un poco acongojado – dile que pase.

KAZUHA: ¡Ya esta aquí Heiji-san! - entrecerró los ojos.

En escena apareció la chica, era joven y atractiva, pero en la mente de Heiji no venía de donde la conocía... aunque le resultaba familiar.

HEIJI: ¿Nos conocemos?

SAKURA: Por supuesto que si – hizo un puchero – ya no te acuerdas de mi Heiji – sonrió.

HEIJI: Pues me suena tu cara, pero ahora no caigo.

SAKURA: Espera que te ayude un poco – sonrió – situate hace 3 años, nos conocimos en un pub, charlamos durante mucho rato, tu me contaste tus penas y yo te conté las mías...

Heiji mientras la mujer hablaba iba recordando poco a poco como es que la conoció y si al final recordó perfectamente quién era... y todo lo que había ocurrido con ella.

HEIJI: ¿Sakura? - sonrió – cuantísimo tiempo sin saber nada de ti... desde esa noche no te veía estás preciosa – se levantó del sillón con dificultad y fue hasta ella.

SAKURA: Hola Heiji – sonrió le dio a Heiji un medio abrazo, sin soltar a su hijo.

HEIJI: Estas preciosa – la volvió a abrazar – no esperaba volver a verte, ¿que te trae por mi humilde morada?

SAKURA: ¿Humilde? - rio – de humilde tiene poco jeje
HEIJI: ¿Y que te trae por aquí?

SAKURA: Pues me he enterado de tu accidente y quería verte y presentarte a alguien... - le alzó la mano para saludar a Heiki – dile hola a Heiji...


Kazuha observaba a Sakura y a Heiji con su hijo... estaba celosa, muuuuy celosa y sentía un rencor profundo por esa mujer y por Heiji, por que era mentira todas sus promesas de amor, por que había tenido desde el principio a otra... por que en realidad no la amaba, había jugado con ella.

Abrazándose muy fuerte así misma se puso en una esquina del salón y miraba con celos enfermizos como Heiji le acariciaba la cara y la miraba con cariño y aprecio y como mimaba al niño de su infidelidad.

La pareja estuvo charlando por mucho rato... tanto que Kazuha estuvo a punto de gritar encolerizara a esa arpía que se alejará del padre de su hija.

Entonces, Heiji le cogío la mano y se acercó a mí... “Que nos e acerquen” rogué mil veces pero nada, vinieron directamente hasta mí...

HEIJI: Kazuha dejame que te presente a Sakura – le sonrió – ella es...

KAZUHA: La conozco – dije tajantemente – la conozco y muuuy bien – contuve las ganas de llorar que me estaban entrando y los encare a ambos.

HEIJI: Vaya... entonces me ahorro las presentaciones.

KAZUHA: Eres un desgraciado Heiji Hattori y no se como he podido volver a caer en tus redes – le dio una sonora bofetada – no quiero saber nada más de ti... te odio y no vas a utilizarnos más ni a mi ni a mi hija – salio corriendo hacia su cuarto y comenzó a empacar todas sus cosas.


Heiji la siguió enseguida confundido, no sabía lo que pasaba... entró al cuarto sin llamar y vio como Kazuha metía ropa y enseres personales desordenadamente en la maleta.

Alarmado, se apresuró a deternerla y ha pedirle una explicación.

HEIJI: ¿Qué pasa? ¿Por qué haces la maletas?

KAZUHA: ¿Tengo que hacerte un croquis? - comenzó a llorar - ¿por qué me has vuelto a engañar? - dio la vuelta, dejando una camiseta en la cama y encarandolo – no se como has podido hacerme lo mismo otra vez – gimoteo.

HEIJI: ¿Pero que he echo?

KAZUHA: ¿Y lo preguntas? Solo tienes que mirar a la mujerzuela que tienes abajo y a su hijo – gritó – mejor dicho – vuestro hijo...

HEIJI: ¿Nuestro que...? O.O

KAZUHA: ¡Vuestro hijo!

Heiji no contestó, solamente de digno a reírse a carcajadas.

HEIJI: Ese niño no es mi hijo – rió, sujetándose el pecho, debia dolerle – ese niño es mi ahijado – volvió a reír.

CONTINUARÁ...

jueves, 1 de septiembre de 2011

CAPITULO 18: DUDAS... DESPUÉS DE TODO LO QUE HEMOS PASADO, NO PUEDE OCURRIR NADA MÁS ¿O SI?



Heiji entró en su casa apoyado en Kazuha. Había pasado casi un mes en el hospital y al fin, después de haber estado a punto de morir, era una gozada poder volver a casa, junto con las dos mujeres que más quería en el mundo.

KAZUHA: Despacio Heiji, acabas de salir de una intervención muy mala, tienes que llevar las cosas con calma.

HEIJI: Estoy cansado de calma y de reposar... - refunfuñó – quiero volver a trabajar ¡ya!

KAZUHA: Eso ni lo sueñes... no vas a trabajar hasta que no te autorice el médico – siguió andando al lado de él.

HEIJI: Pero... - se quejó cuando se fue a sentar en un sillón – ya estoy bien.

KAZUHA: Sí claro, perfectamente y por eso te has quejado – puso los ojos en blanco - ha sido un milagro que estés vivo...

HEIJI: …

KAZUHA: Tú nos salvaste la vida a mi hija y a mi – se arrodilló delante de él y lo miró con lagrimas en los ojos – eso nunca lo olvidaré.

HEIJI: Sabes perfectamente que te amo, a ti y a Kizu con todo mi corazón, sois la razón de que yo quiera vivir – le acarició la mejilla – sin vosotras yo no soy nada.

KAZUHA: Eso me lo has demostrado con creces... - acercó más su cara a la de él – nos has salvado la vida y eso es algo que me ha echo darme cuenta de que en verdad nos quieres... hasta tal punto por intercambiar tu vida por la nuestra.

HEIJI: Vosotras dos sois mi vida, os amo – Heiji acortó la poca distancia que le separaba de la cara de Kazuha y depositó un delicado beso en sus labios.

Kazuha correspondió al besó que le había dado Heiji con todo el amor que sentía por él. No solamente era gratitud por haberle salvado la vida, si no amor... un profundo amor que le desbordaba por cada poro de su piel... amaba a esté hombre con todo su corazón.

Heiji se apartó lentamente, admirando la preciosa cara de Kazuha, volvería a ponerse delante de mil balas solamente por verla sonreír... solo quería que ella fuera feliz.

HEIJI: Kazuha te amo – le aparto un mechón de pelo detrás de la oreja – y me encantaría poder estar contigo... para siempre, formas una familia contigo con Kizu.

KAZUHA: Yo también me quiero formar una familia contigo – le acarició a su vez la faz a él – pero yo haré lo que quiera Kizu, y ya sabes que ella no te tiene demasiada estima...

HEIJI: Te juro que conseguiré que me quiera.
KAZUHA: Con lo persuasivo que eres... seguro que lo conseguirás – sonrió deslumbrantemente.

HEIJI: Me dejaría matar mil veces solamente por verte sonreír – susurró, antes de volver a fundir su boca con la de Kazuha en un beso apasionado.

En ese momento entró Kizu, abriendo las puertas de par en par. Heiji se apartó rápidamente de Kazuha, provocandole un dolor punzante en la espalda y Kazuha se cayó al suelo.

KAZUHA: No es lo que piensas Kizu... el no ha echo nada malo... no puede esta enfermo – sonrió.

HEIJI: Eso mismo... estoy incapacitado... no puedo hacer nada...

KIZU: Oto-san no tienes de que preocuparte... - se acercó lentamente al sillón donde estaba descansando su progenitor.

HEIJI: O.O oto-san? - dijo sorprendido – ya no me llamas pollo?

KIZU: No puedo ser tan irrespetuosa con mi padre – se subió al sillón y delicadamente abrazo a su padre – gracias por habernos salvado la vida a mi Oka-san y a mi.

HEIJI: ¿Estás hablando en serio? - dijo emocionado.

KIZU: Sí... a partir de ahora mismo te reconozco como mi oto-san – sonrió.

HEIJI: ¡Gracias hija mía! - la abraza fuertemente, ignorando por completo el dolor – ¡te quiero!

Kazuha se fue a otro lado, sabía que padre e hija debían tener ese momento a solas, sin nadie que los molestará y ella les daría el espacio que necesitaban.

Un fuerte golpe sonó en el otro lado de la puerta, que la sacó de su ensimismamiento. Kazuha rápidamente abrió la puerta para que el golpe no sonará de nuevo y así no rompiera la paz que tenían en la casa.

Al otro lado había una muchacha extremadamente bella, con un pelo rubio largo hasta la cintura, ojos azules profundos como las profundidades del mar, piel blanca como la nieve... y abrazada fuertemente entre sus brazos tenia a un niño de unos tres años...

KAZUHA: ¡Hola! ¿En que puedo ayudarla?

¿?: Hola, ¿está Heiji?

KAZUHA: Si está... quién lo busca – la miró recelosamente.

¿?: Me llamó Sakura – sonrió – y este que está en mis brazos es Heiki...

KAZUHA: ¿Heiki?

SAKURA: Claro el hijo de Heiji y mío – volvió a sonreir.

Pero para Kazuha el mundo se vio destruido en mil pedazos… todo sentido de vida de habia extinguido.

CONTINUARÁ…

jueves, 25 de agosto de 2011

CAPÍTULO 17: SUPERVIVENCIA



Kazuha abrazaba el cuerpo inerte de Heiji, mientras lloraba desconsoladamente... Había dado la vida por ellas... Se había puesto delante de una bala para salvarlas... Eso quería decir que las amaba de verdad...

Kizu se acercó a Heiji, y con sus pequeñas manitas cogió las de su padre y se la llevó al rostro... estaba tan frío, su piel morena estaba tomando un tono azulón... y sus labios se estaban poniendo blancos.

¿Por qué lo había echo? ¿Por qué se había tenido que poner delante de la bala...? Eso tenía fácil explicación... amaba a su madre y la amaba a ella tanto como para dar su vida...

Las lágrimas también se agolparon en sus ojos y cayeron furiosamente por sus mejillas. ¿cómo podía haber estado tan ciega? Acarició la cara de su padre con la mano que le quedaba libre... pobrecito... ojala pudiera devolver el tiempo atrás y cambiar las cosas...

KIZU: Un momento... - detuvo la mano sobre los labios de su padre, y si sintió el aliento cálido de su padre sobre la piel.

Rápidamente, puso la cabeza sobre su pecho... escuchando atentamente... olvidando por un momento los sollozos de su madre... el jaleo alrededor de Heiji... y si... ¡EL CORAZÓN DE SU PADRE SEGUÍA LATIENDO!

Cómo decía su tío Shinichi: Mientras ahí vida ahí esperanza... así que sin perder un solo minuto grito con todas sus fuerzas: ¡MI OTO-SAN ESTÁ VIVO!


***

El cuerpo inerte de Heiji permaneció tirado sobre el pavimento... un agujero de bala entraba por su espalda, pero no tenía salida... sangre en grandes cantidades emanaba de la herida... pero el corazón de Heiji aún seguía latiendo.

Kazuha no se separó de él ni un segundo: ni cuando llegó la ambulancia, ni cuando le dio el paro cardíaco y lo reanimaron en la ambulancia, ni cuando llegaron al hospital y lo metieron en Urgencias para operarlo...

Los médicos habían sido sincera con ella... no creían que saliera de esta noche... ni siquiera sabían si saldría de la intervención quirúrgica...

***

Heiji no sabía si estaba en el cielo o en el infierno... todo lo que le rodeaba era la más absoluta oscuridad, no sentía su cuerpo y por eso no lo podía mover... pero si sentía un gran dolor en pecho... ¿entonces estaba muerto? No lo sabía... pero no podía abrir los parpados para ver donde estaba...

Oía voces lejanas, que hablaban a susurros... pero nada estaba claro. Recordaba que el delincuente había disparado y él se había interpuesto entre la bala y Kazuha y Kizu... pero después sintió un gran dolor y ya no recordaba más nada...

Una luz asomo en lo más profundo dela oscuridad... una luz que lo llamaba a que fuera hacía ella... cada vez la luz se acercaba más y más...

El cálido resplandor lo bañó por completo, invitándolo a que se aventurara a su interior... lo lleno de una total tranquilidad y calma... decidió dejarse embargar por esa paz, y alejarse de todo lo que conocía...

***

Kazuha se movía nerviosamente de un lado a otro por la sala de espera. De derecha a izquierda, mordiéndose las uñas y rezando en silencio para que Heiji saliera bien de la operación...

De repente, empezó a haber mucho jaleo a su alrededor y una gran multitud de enfermeras entraban en el quirófano donde estaba Heiji... ¿que había pasado? Si a Heiji le pasaba algo ella jamás se lo perdonaría... ella lo amaba, si lo amaba y no podía dejar que se fuera sin decírselo...

Él no podía irse, ella estaba dispuesta a formar una familia con él y Kizu... pero para eso tenía que ponerse bien... Dios que se pusiera bien...

***

Mientras su madre se hallaba en el hospital, Kizu estaba junto con Conan en su casa. La niña se había bañado, comido algo (aunque Ran la había tenido que obligar) y ahora estaba aseada y con el estómago lleno... pero... en el fondo... estaba muy preocupado por su Oto-san.

CONAN: ¿Kizu quieres jugar a algo?

KIZU: No tengo ganas Conan...

CONAN: Pero no puedes seguir así deprimida – la abraza- no me gusta verte así...

KIZU: Es mi padre el que esta malherido – comenzó a llorar entre los brazos de su amigo – como le pase algo no me lo perdonaré nunca... fui muy cruel con él y no se lo merecía Conan...

CONAN: No te pongas así... - le da un beso en la mejilla – ¿tu sabes que yo te quiero mucho no Kizu?

KIZU: Conan que no te aproveches que estoy mal, por que no voy a caer entre tus brazos... - se apartó de golpe – eso solo salen en las películas.
CONAN: No intento aprovecharme de ti – se enfada – solo quería ayudarte.

KIZU: Está bien... - se limpia la cara – ahora quiero a ir a ver a mi oto-san.

CONAN: ¿Cómo irás?

KIZU: Como iremos... por que tu me vas a ayudar...

***
Habían pasado varias horas, y Heiji aún no había reaccionado. Los doctores habían dicho que la operación había ido bien... y que el debería despertar pronto... pero a pesar de todo no lo había echo.

Kazuha se sentó al lado de la cama, cogiendo la mano de Heiji entre las suyas.

KAZUHA: Tienes que despertarte... Kizu y yo te necesitamos... te estamos esperando... por favor reacciona...

Nada... no ocurrió nada... el seguía igual, con su semblante sereno... parecía que estaba plácidamente dormido.

Kazuha se recostó a su lado, teniendo cuidado de no hacerle daño y continuo agarrándole la mano...

Había sido una noche tan larga... tan dura que el sueño la venció pronto, y se durmió plácidamente al lado del amor de su vida.

***

Heiji sintió un calor muy agradable que le recorría la parte izquierda de su cuerpo, sobre todo ese calor se reunía en su mano... era tan agradable... quería abrir los ojos y ver quien era el portador de ese calor tan agradable... pero los parpados le pesaban aún y no podía.

¿?: Tienes que despertarte... Kizu y yo te necesitamos... te estamos esperando... por favor reacciona...

Esa voz era conocida para él, amaba a la persona portadora de esa voz dulce y tierna... y cuando comenzó a cantar... todas sus dudas quedaron disipadas... Kazuha... Kazuha era la que le cantaba...

Kazuha: Despierta Heiji... te amo... te necesito bien y fuerte... si te pasa algo moriré – después de decir eso siguió cantando...

Heiji no necesito más razones para vivir, por ellas se había alejado de la luz que había aparecido... prefería quedarse por siempre en la oscuridad que perder los recuerdos de su hija y de Kazuha... y ahora por ellas se repondría, por poder pasar una vida con ellas...

Le devolvió el apretón a la mano de Kazuha y lentamente abrió los ojos para poder mirarla...

CONTINUARÁ...

lunes, 15 de agosto de 2011

CAPÍTULO 16: DESASTRE...



El alarido de dolor que se escuchó llenó el silencio de la noche...

El secuestrador fue acertado en un hombro por Shinichi que aún con el arma humeante en las manos, lo apuntaba certeramente.

Esté a pesar de estar herido, aún retenía a Kizu contra su voluntad, amenazándola con un cuchillo sobre su garganta.

SECUESTRADOR: ¡Esto ha sido un error! - gritó adolorido y amenazante – como alguien se acerqué o haga un movimiento en falso, mató a la mocosa.

KIZU: ¡Mamá! - gritó asustada.

KAZUHA: ¡Kizu! - lloró desconsoladamente, luchando contra Heiji que la retenía por la cintura para que no fuera con ella y pusiera su vida en peligro.

HEIJI: Tranquilizate o pondrás la vida de Kizu en peligro – le susurró al oído... esas palabras lograron tranquilizar a la madre angustiada.

El secuestrador comenzó a moverse lentamente hacia la salida... utilizando a Kizu como escudo para que no lograran volver a darle con el arma.

HEIJI: No podrás huir... es mejor que te entregues ahora por voluntad propia... - dijo Heiji adelantándose lentamente hacia delante, con pasos muy lentos.

SECUESTRADOR: ¡No te muevas o dejo a tu hija como un colador!

HEIJI: Tu compañero te ha delatado... no tienes nada que hacer entregate ahora antes de que sea demasiado tarde.

SECUESTRADOR: He dicho que no te muevas – apretó el cuchillo más contra el cuello de Kizu, cortándole la respiración.

HEIJI: ¡Esta bien! No te pongas así – alzó las manos – no me acercaré más, pero... tienes que soltar a la niña.

SECUESTRADOR: Nunca... ella es mi baza para poder salir de este embrollo... - se alejó aún más hacía la salida – dile a tu amigo que baje el arma ¡ya!

Shinichi la bajo automáticamente.

KAZUHA: Por favor deje a mi hija – Kazuha lloraba desconsoladamente – se lo suplico por favor.



SECUESTRADOR: Lo siento señora... pero la cría se viene conmigo – paró en seco en la salida – a cualquier movimiento extraño le rebano el cuello a la mocosa – sale corriendo con Kizu en brazos.

KAZUHA: ¡Kizu! - llora.

Todos los acontecimientos que siguieron a esto fueron rápidos y confusos... todos los policías siguieron al delincuente, esté huyendo como alma que lleva el diablo, se oyeron voces, disparos y maldiciones...

***

Kizu se vio libre del cuchillo desde que el ladrón salió corriendo, y ahora la tenía debajo del brazo... casi sin sujeción... si ella daba un buen movimiento podía escapar de su secuestrador... pero para eso tenía que pensar bien si jugada...

Con el talón golpeó a su captor en la ingle este se retorció de dolor y ella consiguió soltarse y correr hacia un callejón. Un policía la alcanzó y se la pudo llevar a un lugar seguro.

Muchos policías se acercaron al secuestrador y lo acorralaron no dandole ninguna posibilidad para que pudiera escapar... así que el tipo acabo con las manos esposadas sobre su estomago y metido en un coche patrulla, arrestado.

Llevaron a Kizu con su madre... ambas se quedaron mirando con lagrimas en los ojos.

KIZU: ¡Mamá! - Kizu corrió llorando directamente hacia los brazos de su madre.

KAZUHA: Kizu... mi niña – Kazuha la estrechó entre sus brazos desesperadamente y la apretujó contra su pecho – mi niña chiquita ¿estás bien?

KIZU: Sí... estoy bien – la niña enterró la cara entre el pelo de su madre – he pasado tanto miedo.

KAZUHA: ¡Has sido tan valiente! ¡me siento tan orgullosa de ti mi pequeña!

KIZU: Oka-san pensaba que no te volvería a ver – lloró recargando la cabeza en el hombro de su madre.

KAZUHA: Te prometo que esto no volverá a ocurrir jamás – la abrazó aún más fuerte.

Ambas se fundieron en abrazos y besos cariñosos... llenos de amor y felicidad por reencontrarse después de tanto sufrimiento.

***




Se iban a llevar a comisaria al detenido para hacerle el interrogatorio correspondiente, aunque con todas las pruebas que tenían y testigos le esperaba una larga estancia en la cárcel a ambos, para tranquilidad de Kizu y sus padres.

Llevaban al preso hacia el coche patrulla. Iba rodeado por varios policías para que no escapará... pero... ninguno de ellos se dio cuenta de cuando le robo la pistola a un policía ni cuando apuntó directamente hacia Kizu.

SECUESTRADOR: Yo me iré a la cárcel pero tu mocosa del demonio… te vas al infierno – disparó.

Kazuha instintivamente cubrió a su hija con su cuerpo para protegerla de la bala... pero el impacto nunca llegó...

Alzando la cabeza vio como Heiji estaba situado enfrente de ellas, mirándolas de manera cariñosa... con los brazos extendidos hacia los lados en forma de Cruz.

KAZUHA: ¿Heiji?

Heiji no contestó siguió mirándolas con adoración a ambas, de una a otra...

HEIJI: Os querré por siempre... a ambas... ¡os amo! - cayó fulminantemente al suelo.

Mientras los policías inmovilizaban al delincuente, Kazuha y Kizu iban hacia Heiji que estaba tirado sobre el pavimento.

Kazuha comenzó a llorar desesperadamente mientras abrazada el cuerpo inerte de Heiji y Kizu se dio cuenta de algo demasiado tarde: su padre no había tenido nada que ver con su secuestro y que las amaba tanto a su madre y a ella como para dar su vida por la de ellas.

CONTINUARÁ...

martes, 9 de agosto de 2011

CAPÍTULO 15: PERSECUCIÓN, ¡ESTE SECUESTRADOR NO ES MÁS INTELIGENTE QUE YO!



Kizu corrió y corrió con todas sus fuerzas, alejándose del sitio en el que la tenían presa. No sabía donde se encontraba, no tenía la más mínima idea, pero todo lugar era mejor que aquel cuartucho oscuro y que olía tan mal.

Dios, ¡como extrañaba a su madre! Tenía tantísimas ganas de verla, poder hablar con ella, abrazarla y que le dijera que todo eso había sido un sueño... una mala pesadilla, que entre sus brazos olvidaría.

Todo esto era culpa de.... Heiji Hatorri, él la había mandado secuestrar era su culpa y de nadie más, pero ella se vengaría nada más lo viera lo acusaría con la policía y haría que lo arrestarán y así su oka-san y ella serían libres.

Kizu llegó a un bar, había mucha gente en la puerta bebiendo litronas de cerveza y tambaleándose... seguramente estarían borrachos. Era el único lugar con gente que había encontrado, así que se adentro entre la gente para buscar a alguien que la ayudará.

Lo que ella no sabía es que le costaría tanto llamar la atención de alguien en ese antro. Intentó pedirle ayuda a varios hombres, que iban vestidos de mala forma, pero nadie le mostró interés, estaban mas interesados en sus bebidas que en ella.

¡Esto era desesperante! Nadie le hacía el menor caso...

Unas manos salieron de la nada y un hombre la cogió, tapándole la boca para que no pudiera gritar y así pedir ayuda...


***

En el otro extremo de la ciudad, en la elegante mansión, Hattori y Kazuha estaban totalmente desesperados, por que su pequeña Kizu ya llevaba desaparecida veinticuatro horas y no tenían ni la más remota idea de donde se la habían llevado.

¿Dónde estaría? ¿Le habrían echo algo malo? ¿Tendría hambre? ¿Tendría frío?... esas y millones de preguntas más rondaron la cabeza de Kazuha... ella solo quería ver a su hija, poder abrazarla y decirle que todo estaría bien... pero no podía hacerlo y eso la mataba, le rompía el corazón.

HEIJI: Kazu, tomate esto... - le entrega una tila – tienes que relajarte, no sirve de nada que estés tan nerviosa.

KAZUHA: Es mi hija la que esta perdida, así que no me digas que me tranquilice – dijo histericamente.


HEIJI: Kizu también es mi hija... así que yo también estoy preocupada por ella – recriminó – yo la quiero y también estoy muerto de miedo de que puedan hacerle algo malo.

KAZUHA: Lo siento... yo... - se tapa la cara con las manos y comienza a llorar – yo no se, solo quiero tener aquí a mi niña.

HEIJI: No llores, la encontraremos – te abraza.

En ese momento entra un oficial de policía en la casa.

POLICIA: Comisario – saluda – hay testigos que afirman haber visto a su hija en los barrios bajos.

HEIJI: Continua...

POLICIA: Han declarado que era una niña de piel oscura, pelo negro recogido en dos coletas y ojos claros – leyó el policía en el informe – la han visto sola e iba corriendo asustada.

HEIJI: Vamos ahora mismo para ya... tenemos que encontrar a mi hija...

KAZUHA: ¡Yo también voy!

HEIJI: No creo que sea conveniente...

KAZUHA: Es mi hija y voy a ir...

HEIJI: Está bien – puso los ojos en blanco y salió de la casa junto con Kazuha.

Todos subidos en el coche, pusieron rumbo a donde estaba Kizu.

***

Alguien sujetaba firmemente a Kizu y no la dejaba marcharse. Ella lucho con todas sus fuerzas, pataleando y dando manotazos, pero no sirvió nada.

¿?: Eres una mocosa desgraciada, casi consigues escapar... - dijo el secuestrador que había conseguido atraparla de nuevo.

KIZU: mmmmmmmmmmmmm – intentó hablar pero tampoco pudo.

SECUESTRADOR: Vamos mocosa, vamos a volver a tu nuevo “hogar” - la carga en brazos y sale del bar.

El secuestrador empieza a correr con ella en brazos, mientras tanto Kizu intentaba zafarse de su agarre pero todo era inútil.

Kizu le muerde la mano con todas sus fuerzas. El secuestrador da un alarido de dolor y la suelta a lo que Kizu aprovecha para darle una patada en el estomago y consigue zafarse de su agarre.

La niña empieza a correr con todas sus fuerzas... rápido como un rayo... pero el Secuestrador sigue siendo más grande y la coge en nada.

SECUESTRADOR: Me tienes harto, te voy a matar, me importa ya poco el rescate, pero tu te mueres cría del demonio – saca un cuchillo y se lo arrima a Kizu a la garganta.

Por la cabeza de Kizu pasaron los todos los acontecimientos de su vida como si fueran un flash... antes de sentir algo frió sobre su cuello y sentir como poco a poco iban apretando...

***

Heiji y Kazuha salieron a patrullar las calles, buscando por todos los rincones, desesperados por encontrar a su pequeña.

En otro lugares había más policías, buscando, entre ellos estaban Ran y Shinichi que miraban por todos los rincones por raros que fueran.

HEIJI: Algo me dice que Kizu esta cerca.

KAZUHA: A mi también...

A lo lejos se oyó un grito ahogado, provenía de unas pocas calles más abajo.

Kazuha y Heiji salieron corriendo hacia donde habían oído el grito... cuando legaron la escena que se encontraron los conmociono.

Kizu estaba entre los brazos de un tipo con muy malas pintas... con un cuchillo sobre el cuello de la niña.

KAZUHA: ¡KIZU! - comenzó a correr hacia ella.

HEIJI: Espera – la agarra de la cintura.

SECUESTRADOR: Acercaros un solo paso más y la mato.

Los dos se quedaron helados, no movieron ni un musculo para no poner en peligro a la pequeña.

KIZU: Mamá – grito con desesperación.- ¡Mamáaaaaaa!

Lo que paso después fue muy rápido pero lo único que supieron es que se oyó un disparo y un alarido desgarrador rompió la tranquilidad de la noche.

CONTINUARÁ...

miércoles, 3 de agosto de 2011

CAPÍTULO 14: SECUESTRO... KIZU, ¿DÓNDE ESTÁS?



Kizu despertó. Abrió sus ojos lentamente para encontrarse en... ¿dónde? No sabía donde estaba, era un lugar en el cual no había estado nunca y nunca hubiese querido estar.

Ese lugar oscuro y pestilente no le era conocido a ella... pero Kizu se preguntaba ¿dónde estaba? ¿dónde estaban su Oka-san y el pollo? No lo sabía... pero lo que si sentía eran como sus manos y pies estaban bien atados los que le imposibilitaba cualquier movimiento.

¿La habían raptado? Esa es la única posibilidad que encontraba para encontrarse en un lugar extraño y atada... ¿Había sido el pollo...? Seguro que sí, quería librarse de ella, apartarla de su madre para poder quedarse con ella... Heiji era un desgraciado, pero lo que no sabía era que ella tenía un as bajo la manga y que al final lograría escapar de su cautiverio y se vengaría de él.

En ese momento entraron en la estancia un par de hombres hablando en voz baja. Kizu no pudo ver quien era por que todo seguía estando en la más absoluta oscuridad... pero si escuchó lo que decían.

HOMBRE 1: ¿Dónde has puesto a la mocosa?

HOMBRE 2: Esta ahí sobre los cartones – Kizu oyó jaleo de algo arrastrarse y pasos que se acercaban a ella – ve jefe, ahí esta... aún le hace efecto la droga que use para dormirla.

HOMBRE 1: Eres imbécil, tienes que tratarla bien – sonó un golpe – no ves que esta niña nos puede proporcionar millones... cambiala de sitio y desatala solo es una cría... seguro que cuando despierte esta muerta de miedo y se queda en un rincón.

Fallo de los secuestradores, la iban a subestimar... eso le daría la oportunidad perfecta para poder escapar...

HOMBRE 2: ¡Esta bien jefe lo haré ahora! - se acercó a Kizu y le desató las manos y las piernas – no hay cama... ni nada mejor... así que tendrá que quedarse en los cartones.

HOMBRE 1: Bueno está bien – refunfuñó – pero trae mantas y comida... la cría tiene que estar en perfectas condiciones cuando llamamemos a Hattori...

Las voces se alejaron... pero a Kizu no le quedó ninguna duda de que había sido su padre... mejor dicho Heiji Hatorri el que había mandado que la secuestraran... quería que ella desapareciera de la faz de la tierra...

***



Kazuha se encontraba devastada ante la noticia que no tenían pistas de paradero de su pequeña Kizu. Había pasado ya 12 horas y aún no sabían nada de nada... los secuestradores no habían llamado para pedir el rescate, no se sabía absolutamente nada y eso era algo que tenía a Kazuha desesperada.

KAZUHA: No puedo más con esta espera – dijo en un hilo de voz, entre sollozos – me voy a morir de la angustia si esto sigue así.

HEIJI: No te pongas así Kazuha – la abraza – al final Kizu aparecerá ya veras... - le besa la frente – yo pagaré lo que sea por ella.

KAZUHA: ¿De verdad? - dije un poco más animada.

HEIJI: Claro que si.

KAZUHA: ¿Por qué?

HEIJI: Es mi hija – aseguró – la quiero, y a ti también te amo y no quiero verte sufrir.

KAZUHA: ¡Gracias! - se abraza a Heiji con desesperación – si le pasa algo a mi niña... me muero – llorar desconsoladamente.

HEIJI: No pasara nada – la consuela, acariciándole el pelo.

En ese momento suena el teléfono de la casa. Heiji más rápido que nada va y lo descuelga.

HEIJI: ¿Diga?

VOZ: ¡Tenemos a su hija! - dijo una voz distorsionada al otro lado del teléfono – y si quieres volver a verla con vida tienes que hacer lo que te digamos, ¿entendido?

HEIJI: ¡Haré lo que sea necesario para tener a mi hija de vuelta en casa!

VOZ: Muy bien, solamente tienes que hacer esto para tener a tu hija sana y salva en casa...

***

Segundo error de los secuestradores confiarse de que tendría miedo. Con acceso libre a todo el lugar podía mirar que cosas podía utilizar para poder escapar... había un gran palo de madera... perfecto para utilizarlo de arma.. periódicos sucios... botellas de cristal... muchas cosas que pueden utilizarse para realizar un buen plan... para conseguir huir de este encierramiento.

Sonó la puerta y se abrió de golpe. Entró un tio vestido de negro, con el pelo muy largo y rubio y una cara de psicopata que le puso los pelos de la nuca a Kizu de punta... pero eso no la amendentro.

HOMBRE: Tú mocosa... ¿que estas haciendo?

KIZU: Estaba... mirando... - dijo con voz entrecortada.

HOMBRE: Ve hacia allí y quedate quieta – puso una bandeja en el suelo - no quiero que muevas ni un ápice de ese pequeño cuerpo renacuaja.

KIZU: Vale – se fue a la esquina – ¿donde estoy?

HOMBRE: En el infierno – rió – y se aquí no saldrás nunca.

El corazón le martilleaba dentro del pecho a Kizu, sentía mucho miedo... más que en toda su vida.

KIZU: Quiero ir con mi Oka-san, por favor – dijo con tono suplicante.

HOMBRE: Cuando tu padre pague el rescate, puede que te llevemos a ti casa... puede... - se levanto y se fue.

Kizu lo tenía claro si no hacía ella misma algo... la matarían.

***

Heiji dejó el dinero en el lugar que había acordado con el secuestrador. La estación era muy grande... pero todo estaba rodeado de policías... así que no podría escapar.

Dejó el dinero en el lugar y el tiempo acordado y se alejó lentamente... poco después vio como un hombre se acercaba y cogía el maletín que había dejado el anteriormente.

No perdió ni un segundo se tiro a por el secuestrador y haciéndole una llave de karate lo inmovilizó.

HEIJI: ¿Donde esta mi hija? - dijo furioso.

SECUESTRADOR: Por haber echo esto jamás la encontrarás – rió, aun cuando Heiji tenia cogido por la garganta – ahora esa mocosa morirá...

HEIJI: Como le pase algo – amenazo.

SECUESTRADOR: Seguramente ya este muerta .

Se acercaron unos policías y apartaron a Heiji del secuestrador... quitándole toda posibilidad de que pudiera sonsacarle donde estaba su hija...

Si le había pasado algo a Kizu jamás se lo perdonaría...


***


El secuestrador esperó un par de horas para entrar de nuevo a donde tenía retenida a la niña. Entró solamente para tropezarse con … una botella de cristal y caer de costado al suelo. Dio un fuerte golpe que lo dejo fuera de combate durante varios segundos... así Kizu tuvo la oportunidad de coger el palo de madera y arrearle un buen golpe en la cabeza, dejándolo K.O.

Después salió corriendo, abrió la puerta que no estaba cerrada con llave y salió de donde la tenían encerrada.

Salió pronto a la calle, para ver que no tenía ni idea de donde se encontraba... no sabía que hacer ni a donde ir pero cualquier sitio era mejor que quedarse allí, así que echo a correr sin rumbo fijo.

CONTINUARA…

miércoles, 27 de julio de 2011

CAPÍTULO 13: EL GRAN LÍO EN EL PARQUE DE ATRACCIONES



KIZU: Suéltame pollo ¿a donde me llevas? ¿Qué vas a hacer conmigo?

HEIJI: Calla ya Kizu... - suspiró con cansancio – no voy a hacerte nada malo...

KIZU: ¿Cómo que no si me estas secuestrando?

Heiji sostenía a su hija sobre su hombro, firmemente, para evitar que se escapara o que lo golpeará fuertemente en sitios donde de verdad dolían.

KIZU: ¡Qué me sueltes maldito pollo! Se lo contaré a mi oka-san y a tío Shinichi... te meterán preso...

HEIJI: Ca-lla-te – le dio una suave nalgada.

KIZU: ¡Me has pegado! - pataleó – te denunciaré, estás acabado pollo desplumado, te caerán muchos años de cárcel...

HEIJI: Kizu, silencio.

KIZU: No, ¡hasta que me dejes! O por lo menos me digas ¡donde me llevas!

HEIJI: Se romperá la sorpresa pero por lo menos te callas – dijo con resignación – ¿donde es el sitio que ,más ganas tienes de ir?

KIZU: No sé ahora mismo... ¡AL PARQUE DE ATRACCIONES! - dijo con ilusión en la voz – ¿me vas a llevar allí?

HEIJI: Sí, te llevaré al parque de atracciones... bueno tu madre y yo te llevaremos al parque de atracciones.

KIZU: De mi madre es más normal... pero ¿tú? ¿por qué?

HEIJI: ¿Qué porqué? - pusó los ojos en blanco – sencillo, por que eres mi hija y quiero verte feliz.

KIZU: Pero...

HEIJI: Sin peros – la cortó tajantemente – vamos a ir al parque de atracciones y lo pasaremos estupendamente.

KIZU: ¡Está bien!

HEIJI: Y serás una buena niña, te comportarás bien o si no volveremos a la velocidad del rayo.

KIZU: O.O... - Heiji la soltó – Vale.

HEIJI: Eso esta mejor – recogió la mano de la niña entre la suya – y ahora vamos que Kazuha nos espera.

Heiji sintió un gran regocijó al poder sostener la mano de su hija así, sin violencia, sin obligarla (del todo)... se sentía casi normal estar así con ella.

Llegaron pronto al coche y Kazuha estaba sentada en la parte trasera, Heiji metió a la niña en el lado de la madre y él se sentó en el volante.

HEIJI: ¡Preparadas para pasar un buen día en el parque de atracciones!

KIZU: Siiiiiiiiii, pero arranca ya... - dije extasiada – quiero montarme en la montaña rusa y en la noria y en el carrusel...

Heiji vio a través del espejo retrovisor como Kazuha sonreía ampliamente hacia él y hacia su pequeña hija, se sintió tan feliz de estar con su familia...

Se dejó de divagaciones y arrancó el coche, poniendo rumbo hacia el parque de atracciones.

Cuarenta y cinco minutos más tarde, Heiji aparcó en el estacionamiento y llevó a su hija y a Kazuha a comprar los tickets.

No tardaron mucho en estar en el interior del parque. El bullicio de tantísima gente y la música ensordecedora eran inconfundibles y llenaron pronto los oídos de los tres.

KAZUHA: Kizu, te quedarás siempre a mi lado ¡eh! - cogió la manita de la niña – que aquí hay muchísima gente y es muy fácil perderse, así que andate con cuidado y no te separes de nosotros.

KIZU: Sí oka-san, tendré cuidado, pero vamos a montarnos en algo... rápido – dijo sobre excitada mirando de cacharrito en cacharrito – vamos a la montaña rusa, onegai.

HEIJI: Id vosotras... yo os esperare abajo.

KAZUHA: Y eso heiji – alzó una ceja – no me dirás que te da miedo, subirte a la montaña rusa – rió entre dientes.

HEIJI: A mi que va, solamente que... – tragó saliva al mirar la imponente atracción.

KAZUHA: Sí tienes miedo – rió con ganas – que fuerte, con lo grande que eres y le tienes miedo a un cacharrito.

HEIJI: No te rías de mí – protestó.

KAZUHA: Es que no puedo evitarlo – se tapó la boca con la mano libre y siguió riéndose.
KIZU: Oka-san – dijo molesta – ¡vamos ya!

KAZUHA: Vale Kizu – miró a Heiji y tú, esperanos aquí cobarde – se alejó riéndose a carcajadas.

Las dos fueron a comprar las entradas de la atracción, y mientras, Heiji se quedó mirando el suelo... por que seria un reconocido detective, pero... cuando se trataba de las alturas era un verdadero cobarde tenía que reconocerlo.

Al cabo de un rato, las dos bajaron riendo como locas.

KIZU: Eres tonto pollo... te has perdido lo mejor, eran tan emocionantes las bajadas – dio pequeño brincos - ¡quiero volver a subir!

KAZUHA: Dentro de un rato, yo necesito un descanso.

HEIJI: ¿Compramos algodón de azúcar?

KIZU: Sí, algodón de azúcar – dijo con una sonrisa resplandeciente.

Las horas pasaron rápidamente. Los tres se divirtieron muchísimo, más que nunca en su vida: montándose en las atracciones, comiendo de todo, jugando a juegos.... PASARON EL MEJOR DÍA DE SUS VIDAS.

O por lo menos eso creían...

HEIJI: ¿Dónde esta Kizu?

KAZUHA: ¡Estaba aquí hace un minuto! - dijo preocupada - ¿dónde se ha podido meter?

HEIJI: No lo sé, pero tenemos que buscarla – dijo mirando a todos lados intentando localizarla.

KAZUHA: Dios – se tapó la cara con las manos – si le ha pasado algo yo me muero – sollozó.

HEIJI: No llores la encontraremos – la abrazó.

Buscaron a Kizu por todo el parque, avisaron a la policía y ellos tampoco la encontraron... ¿Dónde se habría metido?

***

Eso tenía fácil explicación si veías a un tipo de negro que llevaba a una pequeña niña desmayada en brazos.

El tipo cargaba a la niña como si fuera su padre y ella se hubiera dormido... pero las apariencias engañaban.
Al hombre le sonó el teléfono y tuvo que hacer malabares para poder cogerlo.

Hombre: ¿Sí?

¿?: ¿Tienes a la niña?

Hombre: Sí, la tengo bien dormidita, no dará jaleo en mucho rato.

¿?: Perfecto – rió una voz maquiavélica – traela al refugio, aquí veremos lo que hacemos con la cría.

Hombre: OK jefe – colgó.

***

KAZUHA: ¡Mi niña no está en ningún lado! - dijo entre llanto.

HEIJI: No llores Kazu – la abrazó fuertemente – verás como aparece pronto.

KAZUHA: Es mi culpa, me distraje un momento y mira las consecuencias... a saber donde esta mi niña.

HEIJI: Estará bien no te preocupes – la consoló.

En ese momento, se acercó un policía a ellos.

POLICÍA: Me han informado que han visto salir del recinto a un tipo sospechoso con una niña en brazos, la niña concuerda con la descripción que han dado de su hija.

KAZUHA: ¡Oh Dios no! - cayó entre los brazos de Heiji – mi niña ¡no!

HEIJI: Tranquila Kazuha te prometo que la encontrare sana y salva.

¿Quién seria ese hombre? ¿Por qué se había llevado a Kizu?

A Heiji le importaba poco, lo único que sabía es que encontraría a la pequeña, aunque le llevará la vida en ello...

CONTINUARÁ...

martes, 19 de julio de 2011

CAPÍTULO 12: OTO-SAN... ME LAS PAGARÁS TODAS JUNTAS



Kizu y Conan estaban jugando a la pelota en la casa de Heiji, entre los dos habían decidido hacerle pagar todo el sufrimiento que Kazuha había pasado por su culpa.

KIZU: Conan tenemos que conseguir que ese pollo me pagué todas las que me ha echo – dijo la niña con fuego en los ojos.

CONAN: Kizu, das miedo... - dijo sujetando la pelota contra su pecho y recorriéndole un escalofrió por todo el cuerpo.

KIZU: El se lo ha buscado por haberle echo daño a mi oka-san – apretó sus manitas en puños – ahora me las pagará todas juntas.

CONAN: ¿Pero que le vas a hacer?

KIZU: Hacerle daño en donde más le duele, en mí.

CONAN: ¿Cómo...?

KIZU: Tú calla y observa...

Kizu fue hacia donde Hattori se encontraba... nunca admitiría que era su oto-san, lo odiaba demasiado como para eso.

Kizu le haría pasar los peores días de su vida, después cogería a su oka-san y se marcharía de esa casa y de la vida de Hattori para siempre.

CONAN: Kizu, espera, ¿dime lo que tienes preparado?

KIZU: Abre bien tus orejas Conan, por que solo te lo diré una vez...

***

Hattori se encontraba totalmente sumergido en la lectura. Como le gustaban los libros de Agatha Christie y sus libros... no era tan bueno como Sherlock Holmes pero estaban francamente bien también.

Kazuha estaba a su lado, arreglándole a Kizu una falda que se había roto... era una niña tan trasto, pero la quería tanto, como deseaba con todo su corazón que algún día ella le quisiera y juntos los tres formar una familia... pero eso parecía algo tan lejano.

KAZUHA: Heiji estuve pensando en lo que paso el otro día y llegué a una conclusión.

Heiji dejó el libro a un lado rápidamente y miró a Kazuha. Estaba tan seria que se le hizo un nudo en la boca del estómago.

HEIJI: ¿Qué conclusión? - dijo en un hilo de voz, tuvo que tragar fuerte para que la voz le saliera más fluida.

KAZUHA: Bueno, Kizu ya sabe que eres su padre y se entero de la peor forma posible – cortó el hilo color rojo igual que la falda y miró el arreglo que le había echo – pues que tienes que hacer que Kizu te quiera y pronto.

HEIJI: Yo he echo de todo para que me quiera y solo he conseguido que me llegué a odiar... no se que más hacer.

KAZUHA: Heiji, como en un par de semanas no consigas que Kizu te quiera nos iremos, no permitiré que mi hija sufra por tu culpa, tu veras o consigues que te quiera o nos vamos.

HEIJI: No puedes volver a alejarme de la niña Kazu, por favor, ahora que os he encontrado no puedo separarme de vosotras os quiero a las dos demasiado.

KAZUHA: Lo siento Heiji, pero mi hija es lo más importante – sin más se levantó del sofá y se fue.

La indiferencia de Kazuha le había echo muchísimo daño, demasiado. Parecía que jamás le iba a perdonar su supuesta infidelidad... infidelidad que él nunca había cometido. Hattori solo tenía ojos para ella, para su Kazu, para nadie más y eso tenía que saberlo ella.

Heiji estaba tan pensativo que no se dio cuenta cuando unos pequeños brazos le rodearon el cuello, ni tampoco cuando un beso fue depositado delicadamente en su mejilla.

¿?: ¡Hola oto-san! ¿cómo estás?

¿Kizu? Su hija al fin le había dicho papá después de tantísimo tiempo. Su corazón se desbordo de amor por esa pequeña niña.

HEIJI: ¿Kizu? Hija mía... ¿como me has llamado?

KIZU: Oto-san, te he llamado papá, ¿pasa algo?

HEIJI: Qué había esperado a que me dijeras eso tanto tiempo hija mía.

KIZU: Hasta hace unos días no sabía que eras mi oto-san, así que no te podía llamar de ninguna manera.

HEIJI: Sí, pollo.

KIZU: Bueno eso era de cariño.

HEIJI: Sí... claro.

KIZU: ¡Quiero que me digas por que nos abandonaste!

HEIJI: ¡Fue un malentendido! - se excusó.

KIZU: Tú sabes lo que sufrió mi oka-san por culpa de ese malentendido.

HEIJI: No sabes como lo siento.

KIZU: Lloraba todas las noches desconsoladamente, ella creía que no la oía pero si lo hacia... y se me rompía el alma en pedazos por cada lágrima que derramaba.

Heiji bajo la cabeza con vergüenza, esas lágrimas también le dolían a él y bastante. El amaba a Kazu con toda su corazón y también le dolía su sufrimiento...

KIZU: Por todas esas noches de llanto y desolación... - dijo Kizu con voz maquiavélica – me las pagarás muuy caro pollo.

De pronto salío de no se sabe nadie Conan cargado con multitud de globos de todos los colores y formas.

Kizu fue corriendo hacia Conan y comenzó a coger globos.

HEIJI: Pero esto que es...

KIZU: Esto es por todas y cada una de las lágrimas que ha derramado mi oka-san – comenzó a tirarle globos.

Heiji no se espero el bombardeo de globos llenos de ¿harina? Si si harina que le cayó encima después de las palabras de Kizu.

Todo el salón quedo teñido de blanco, incluido el propio Heiji.

HEIJI: Me habías llamado Oto-san... - protestó retirándose la harina de los ojos para poder ver.

KIZU: Eso ha sido por una táctica de distracción pollo – le tiró otro globo – así te he pillado con la guardia baja y he podido atacarte sin previo aviso.

HEIJI: Eso es de cobardes.

KIZU: De cobardes es abandonar a una muejr embarazada a su suerte pollo – cogió otro globo y se lo estampó entre ceja y ceja a Heiji – y eso me lo vas a pagar muuy caro.

Kizu siguió con sus bombardeos hacia Heiji, vengándose de todo lo que le había echo a su Oka-san.

Y Heiji como su hija aprendió en esta ocasión tres valiosas lecciones: La primera es que jamás se distraer con esa pequeña demonio con piel de cordero, la segunda es que el tiempo se le estaba acabando, como no consiguiera hacer que Kizu lo quisiera en unas semanas Kazuha se iría de su lado. Y la tercera y última, pero no más importante, que le costaría la misma vida conseguir que Kizu lo quisiera aunque fuera un poco.

Las cosas cada vez se complicaban más y más para el pobre de Hattori.

CONTINUARÁ...

domingo, 10 de julio de 2011

CAPÍTULO 11: ESCAPADA... NO PUEDO VIVIR POR MÁS TIEMPO AQUÍ...




Kizu comenzó a meter todas sus cosas en la mochila. Estaba dispuesta a alejarse de esa maldita casa que no le había traído nada bueno. Bueno en verdad no había pasado nada bueno desde que ese Hattori había aparecido en su vida, y, ahora resulta que es su padre. ¡SU PADRE!

KIZU: ¿Cómo puedo ser la hija de un pollo? - se preguntó en silencio mientras empujaba la mochila para que esta se pudiera cerrar, pues había metido tantas cosas que resultaba imposible cerrarla

Al fin después de mucho empujar y maldecir consiguió cerrar la cremallera. Se colgó el bulto en la espalda (que por cierto era casi más grande que ella) y se fue hacia las escaleras.

Su madre y el Hattori ese se habían ido a dormir hace ya un rato, así que su fuga no se descubriría hasta la mañana siguiente, lo que le daba tiempo suficiente como para buscar un sitio donde esconderse. La pregunta era ¿dónde? Debía ser un sitio que sus padres no sospecharan...

Abrió la puerta principal y la cerró intentando hacer el menos ruido posible, como la descubrieran en ese momento se metería en un gran problema.

Sigilosamente, salió de la gran propiedad que poseía Hattori y se dirigió a... ningún lugar en especificó, pero cualquier sitio era mejor que este en donde todo el mundo le había mentido...

Sí, sin duda cualquier lugar era mejor que este en donde le habían mentido tanto.

***

Conan dormía plácidamente en su cama, cuando sintió unos golpes contra su cristal.

Al principio no le prestó demasiada atención por que es que se estaba tan agustito en la cama... pero al final no tuvo más remedio que levantarse e ir a ver quien apedreaba su ventana de esa manera.

KIZU: ¡Conan! Ábreme la puerta, déjame entrar.

CONAN: Kizu ¿qué haces aquí ha estas horas?

KIZU: Tú ábreme y ahora te digo, pero rápido antes de que alguien me oiga – dijo en un susurro fuerte – venga, Conan.

Conan no tuvo más remedio que ir hasta el piso inferior y abrirle la puerta a Kizu.

La niña entró en la casa como alma que lleva el diablo, con un gran bulto en la espala y mirando a todos lados desconfiada.

KIZU: ¿Me ha visto alguien?

CONAN: No claro que no, pero Kizu-chan, ¿qué haces aquí ha estas horas?

KIZU: Me he fugado de casa.

CONAN: ¿Qué has echo qué?

KIZU: Me he fu-ga-do de ca-sa – deletreó cada palabra - ¿te has enterado ahora?

CONAN: Me había enterado desde el principio, pero ¿por que?

KIZU: Eso no es importante, tengo que esconderme y que mi oka-san no me encuentre y tú Conan me ayudarás.

CONAN: ¿Y yo por qué?

KIZU: ¡Por qué si! - sin permiso si quiera subió los escalones y se fue directamente al cuarto de su amigo, había estado tantas veces en la casa que se la sabía como si fuera suya – ahora dime donde puedo esconderme – ordenó.

Conan se puso nervioso de repente. Kizu era una gran niña y muy inteligente y el la quería muchísimo, pero, a veces, daba tanto miedo como un demonio cuando se enfadaba.

KIZU: No te quedes callado, ¿dónde me escondo?

CONAN: Quedate aquí en mi cuarto... - tartamudeo - … ya mañana veremos donde te escondo mejor.

KIZU: Eso espero – lo miró con los ojos entrecerrados – tengo sueño me voy a dormir.

Kizu soltó la mochila en el suelo y se fue a la cama de Conan, acurrucándose en posición fetal.

CONAN: Kizu ¿yo donde duermo?

Kizu se dio la vuelta en la cama y mirándolo maquiavélicamente le contestó.

KIZU: No seas quejica Conan, mira cuanto suelo hay para que duermas.

¡Oh, si! Esta noche iba a ser muuuuy larga para Conan...

***
A la mañana siguiente, Kazuha se levantó más temprano que cualquier día. Y no era por que tuviera que ir a trabajar ni nada por el estilo, solamente lo hacia por que de todas formas no podía dormirse, bueno, no había podido dormir.

Al fin su hija sabía que Heiji era su padre, aunque no se hubiera enterado de la mejor forma... pero por lo menos ya lo sabía.

Un poco más tarde hablaría con ella y le explicaría por que le había ocultado que Hattori era su padre, pero eso un poco más tarde, ahora mismo solo quería ver dormir a su hija y saber que estaba a su lado, segura.

Se cepilló el pelo y los dientes, se vistió y fue directamente hacia el cuarto de su hija. Solamente la vería y se iría...

Entró y sin hacer ruido fue hacia la mitad de la habitación. Su hija estaba acostada en la cama, estaría aún dormida, pero el bulto que formaba bajo las sabanas era demasiado grande como para que pudiera ser ella...

Frunciendo el ceño fue hacia la cama y descorrió las sabanas, Kizu no estaba acostada en el colchón.

Asustada y muy preocupada buscó por todos los rincones de la casa, pero no encontró ningún rastro de la pequeña. ¿A donde podía haber ido una niña tan pequeña a estas horas?

Kazuha no esperó ni un minuto más, cogió su bolso y se fue al único lugar donde su hija podía estar: La casa de Conan.

No tardó mucho en llegar, pues afortunadamente vivían francamente cerca, así que en menos de quince minutos ya estaba llamando a la puerta.

Ran bajó en pijama y con legañas en los ojos y miró a Kazuha como si tuviera loca.

RAN: ¿Qué haces aquí ha estas horas? - miró el reloj y bostezó – son las cinco y media de la mañana, aun es temprano.

KAZUHA: Perdoname Ran, pero Kizu no esta en toda la casa, se ha fugado, llevándose varias cosas, por favor ayudame a encontrarla – se agarró fuertemente a ella – si le pasa algo no me lo perdonare jamás.

RAN: ¿Como que ha desaparecido?

KAZUHA: Sí – sollozó – ayer se entero que Heiji es su padre por accidente y hoy cuando he mirado ya no esta.

RAN: Entra – la cogió de la mano y la llevó al salón – siéntate, voy a traerte algo para que te relajes y ahora buscamos a tu hija.

Ran volvió con un té que Kazuha se tomo de un tragó, después las dos se pusieron a buscar por toda la casa a Kizu...

***

Conan se despertó adolorido. Le dolía la espalda y el cuello pues al final, se había visto obligado a dormir en el suelo por culpa de Kizu... era una mandona y una egoísta.

Escuchó muchísimo jaleo en el piso de abajo, la voz de su madre Ran y de su padre... además de otra voz muy conocida... ¡tía Kazuha! Eso significaba que habían encontrado a Kizu.

Iba a avisar a Kizu para que se escondiera pero cambio de opinión. Primero observaría los alrededores haber que pasaba.

Bajó los escalones y se quedó mirando al salón con atención.

KAZUHA: Si no encuentro a mi hija pronto me moriré.

SHINICHI: Tranquila Kazuha, encontraremos a Kizu, te lo prometo.

RAN: Eso mismo, la encontraremos, no ha podido ir demasiado lejos – la abrazó con fuerza – no te preocupes Kazuha, tranquila.

KAZUHA: No puedo estar tranquila sabiendo que mi hija le ha podido pasar cualquier cosa – lloró lastimeramente – quiero verla, abrazarla, pedirle perdón – se tapó la cara con las manos – solo quiero saber que esta bien.

Conan ya no escuchó más, subió de nuevo a su habitación sintiéndose fatal. Pobre Tía Kazuha lo estaba pasando tan mal... y todo por culpa del egoísmo de Kizu...

Conan zarandeo a Kizu hasta que esta despertó.

KIZU: ¿Qué pasa Conan? - se frotó los ojos - ¿porqué me despiertas?

CONAN: ¡Tu madre está aquí!

KIZU: ¿Qué? ¿Tan pronto me ha encontrado?

CONAN: Sí.

KIZU: Tengo que esconderme, no puede encontrarme...

CONAN: Antes de que hagas nada, será mejor que la veas.

KIZU: ¿Verla? ¿Porqué?

CONAN: Ven y lo ves por ti misma – le cogió la mano y la llevó hasta donde el había fisgoneado anteriormente – mira como esta tu madre, destrozada, pensando que te ha pasado algo malo, ¿no te sientes mal por ella?

Kizu sintió una opresión extraña en el pecho. Ver a su querida Oka-san llorando como lo estaba haciendo y más por su culpa la hizo sentirse terriblemente mal.

Decidió que ya no la podía hacer más sufrir, así que fue hasta ella.

KIZU: Oka-san, no llores más, estoy aquí.

SHINICHI, RAN Y KAZUHA: ¡Kizu!

Kazuha se levantó del sofá como impulsada por un resorte y se abalanzó sobre su hija, estrechándola entre sus brazos.

KAZUHA: ¡Oh Kizu! ¡Gracias a Dios que estas bien hija mía! No sabes lo preocupada que me tenías – dijo llorando, pero esta vez de felicidad.

KIZU: Perdoname Oka-san, no lo volveré a hacer...

Se pasaron abrazadas mucho rato, siendo observadas por Ran y Shinichi y el pequeño Conan.

Kizu aprendió una valiosa lección: Su madre la amaba con todo el corazón y no tenía culpa de nada y que el único que se merecía sufrir era su padre, el que las abandono. Y ella se haría cargo de hacérselo pagar con creces.


CONTINUARÁ...