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jueves, 1 de septiembre de 2011

CAPITULO 18: DUDAS... DESPUÉS DE TODO LO QUE HEMOS PASADO, NO PUEDE OCURRIR NADA MÁS ¿O SI?



Heiji entró en su casa apoyado en Kazuha. Había pasado casi un mes en el hospital y al fin, después de haber estado a punto de morir, era una gozada poder volver a casa, junto con las dos mujeres que más quería en el mundo.

KAZUHA: Despacio Heiji, acabas de salir de una intervención muy mala, tienes que llevar las cosas con calma.

HEIJI: Estoy cansado de calma y de reposar... - refunfuñó – quiero volver a trabajar ¡ya!

KAZUHA: Eso ni lo sueñes... no vas a trabajar hasta que no te autorice el médico – siguió andando al lado de él.

HEIJI: Pero... - se quejó cuando se fue a sentar en un sillón – ya estoy bien.

KAZUHA: Sí claro, perfectamente y por eso te has quejado – puso los ojos en blanco - ha sido un milagro que estés vivo...

HEIJI: …

KAZUHA: Tú nos salvaste la vida a mi hija y a mi – se arrodilló delante de él y lo miró con lagrimas en los ojos – eso nunca lo olvidaré.

HEIJI: Sabes perfectamente que te amo, a ti y a Kizu con todo mi corazón, sois la razón de que yo quiera vivir – le acarició la mejilla – sin vosotras yo no soy nada.

KAZUHA: Eso me lo has demostrado con creces... - acercó más su cara a la de él – nos has salvado la vida y eso es algo que me ha echo darme cuenta de que en verdad nos quieres... hasta tal punto por intercambiar tu vida por la nuestra.

HEIJI: Vosotras dos sois mi vida, os amo – Heiji acortó la poca distancia que le separaba de la cara de Kazuha y depositó un delicado beso en sus labios.

Kazuha correspondió al besó que le había dado Heiji con todo el amor que sentía por él. No solamente era gratitud por haberle salvado la vida, si no amor... un profundo amor que le desbordaba por cada poro de su piel... amaba a esté hombre con todo su corazón.

Heiji se apartó lentamente, admirando la preciosa cara de Kazuha, volvería a ponerse delante de mil balas solamente por verla sonreír... solo quería que ella fuera feliz.

HEIJI: Kazuha te amo – le aparto un mechón de pelo detrás de la oreja – y me encantaría poder estar contigo... para siempre, formas una familia contigo con Kizu.

KAZUHA: Yo también me quiero formar una familia contigo – le acarició a su vez la faz a él – pero yo haré lo que quiera Kizu, y ya sabes que ella no te tiene demasiada estima...

HEIJI: Te juro que conseguiré que me quiera.
KAZUHA: Con lo persuasivo que eres... seguro que lo conseguirás – sonrió deslumbrantemente.

HEIJI: Me dejaría matar mil veces solamente por verte sonreír – susurró, antes de volver a fundir su boca con la de Kazuha en un beso apasionado.

En ese momento entró Kizu, abriendo las puertas de par en par. Heiji se apartó rápidamente de Kazuha, provocandole un dolor punzante en la espalda y Kazuha se cayó al suelo.

KAZUHA: No es lo que piensas Kizu... el no ha echo nada malo... no puede esta enfermo – sonrió.

HEIJI: Eso mismo... estoy incapacitado... no puedo hacer nada...

KIZU: Oto-san no tienes de que preocuparte... - se acercó lentamente al sillón donde estaba descansando su progenitor.

HEIJI: O.O oto-san? - dijo sorprendido – ya no me llamas pollo?

KIZU: No puedo ser tan irrespetuosa con mi padre – se subió al sillón y delicadamente abrazo a su padre – gracias por habernos salvado la vida a mi Oka-san y a mi.

HEIJI: ¿Estás hablando en serio? - dijo emocionado.

KIZU: Sí... a partir de ahora mismo te reconozco como mi oto-san – sonrió.

HEIJI: ¡Gracias hija mía! - la abraza fuertemente, ignorando por completo el dolor – ¡te quiero!

Kazuha se fue a otro lado, sabía que padre e hija debían tener ese momento a solas, sin nadie que los molestará y ella les daría el espacio que necesitaban.

Un fuerte golpe sonó en el otro lado de la puerta, que la sacó de su ensimismamiento. Kazuha rápidamente abrió la puerta para que el golpe no sonará de nuevo y así no rompiera la paz que tenían en la casa.

Al otro lado había una muchacha extremadamente bella, con un pelo rubio largo hasta la cintura, ojos azules profundos como las profundidades del mar, piel blanca como la nieve... y abrazada fuertemente entre sus brazos tenia a un niño de unos tres años...

KAZUHA: ¡Hola! ¿En que puedo ayudarla?

¿?: Hola, ¿está Heiji?

KAZUHA: Si está... quién lo busca – la miró recelosamente.

¿?: Me llamó Sakura – sonrió – y este que está en mis brazos es Heiki...

KAZUHA: ¿Heiki?

SAKURA: Claro el hijo de Heiji y mío – volvió a sonreir.

Pero para Kazuha el mundo se vio destruido en mil pedazos… todo sentido de vida de habia extinguido.

CONTINUARÁ…

1 comentario:

  1. PERO PORQUE ME HACES ESTO? T-T
    POBRE HEIJIIIIIIIII! No se merece esto D:
    ¡QUIRO CONTI YAAA!
    att: Nuria :)

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